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Una lucha entre el bien y el mal

NIRIA RAMOS MARÍN

Las pastorelas se han adaptado a los nuevos movimientos políticos y sociales, convirtiéndose en una sátira de la vida.

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- Un alto en un camino sinuoso, un acto catártico, de reflexión, que intenta mostrar la lucha del hombre contra las pasiones y su búsqueda de los valores, son algunos de los momentos que se plantean en las pastorelas.

Si bien, la idea surgió con la finalidad de crear cuadros que representaran el nacimiento del Niño Dios, durante la Conquista la tradición se tuvo que adaptar con fines evangelizadores, aunque los indígenas ya desde entonces mostraron su ingenio y perspicacia, ?pues mientras los españoles trataban de evangelizarlos con pastorelas ?cultas? en verso y muy apegadas a la religión, los indígenas hacían sus versiones para mostrar sus puntos de vista y desacuerdos?, explica el director de teatro Alejandro Alvarado, quien ha trabajado pastorelas de varios autores mexicanos.

Por su parte Juan Carlos Martínez, que ha dirigido varias puestas tradicionales, explica que primeramente es una tradición de la doctrina católica dentro de lo que es el teatro didáctico-religioso, que predominó en la Nueva España como método catequizador.

?Parte de la idea de desarrollar cuadros para ilustrar lo que es el nacimiento de Cristo?, comenta Martínez y agrega que fue hasta cien años después que el hombre empezó a escribir para este tipo de género.

La directora de escena Conny Múzquiz asegura que ?definitivamente se trata de farsa, son muy divertidas y además las pastorelas son una oportunidad para manejar un género como la farsa, en donde no vienen tan delineados y puedes buscar y explorar personajes que son fantásticos. Es una muy buena ocasión para que uno como actor-creador pueda hacer un sinfín de personajes?.

Aunque los personajes pueden variar, asegura Alejandro Alvarado que este tipo de drama litúrgico tiene desde sus inicios una estructura muy bien definida: ?Partieron con los misterios que hablaban del nacimiento de Cristo y otros pasajes de la Biblia en el medievo. Después las hicieron más monumentales y las itineraban hasta llegar a los castillos de los reyes, pero siempre representando la estructura del bien contra el mal?.

Explica Alvarado que los elementos que todavía tiene cualquier estructura de pastorela tradicional son: ?La Anunciación de que va a nacer el Niño; luego las Tentaciones, después el Nacimiento y finalmente la Adoración del Niño Dios?.

La estructura no ha cambiado, sin embargo la forma de contarla sí, dice Humberto Rivera, director del taller de teatro del Isauro Martínez: ?Creo que los principios son los mismos, lo que ha cambiado es la forma de contarla o debe ser diferente para causar un impacto. Hay que recordar que la pastorela es una estructura en donde se representa como fuerza social lo que en su momento es más importante y está de moda, y en este momento la política está de moda y a final de cuentas representa la lucha del ser humano en la sociedad, habría que ver si ponen a los políticos de los ángeles o los demonios, además es una forma en que el pastor -que en la actualidad es el ciudadano- puede y debe manifestarse y expresar su sentir?.

Alvarado refuerza esta idea: ?Obviamente al pasar de los años sí ha variado el tema, pues ahora con el afán de que llegue a más personas conserva la estructura pero aborda temas de índole político, económico y social; más que nada para señalar y satirizar los personajes del momento, sobre todo porque son quienes tienen en sus manos la vida de un pueblo (hablando de los políticos)?.

?Creo que conforme pasa el tiempo se tiene que adaptar, el mexicano ya ha transformado la pastorela en una especie de descarga y es catártico?, dice Juan Carlos Martínez.

ESPACIO DE REFLEXIÓN

Las pastorelas en la actualidad sirven como un espacio de reflexión ante la época que se vive: ?Es el bien contra el mal y al final gana el bien, es un momento de reflexionar y ver que podemos cambiar porque al ver una pastorela el público se identifica con alguno de los siete pecados capitales, es el reflejo de la naturaleza humana y el espectador se refleja en ella?, dice Conny Múzquiz.

Añade la directora que al montar una pastorela uno de los primeros objetivos es ?divertir, pero también es momento de recapacitar sobre lo que estás haciendo que piensen siempre en los propósitos y que lo que uno quiere siempre lo puede lograr?.

Textos hay muchos, pero las favoritas de los creadores han sido durante años las pastorelas escritas por Tomás Urtusástegui, Alejandro Casona, Emilio Carballido y Jesús González Dávila: ?Los autores surgen a finales de 1600, empiezan las obras escritas y el pueblo lo hace suyo y le da su propio carácter y ahora tenemos varios autores mexicanos que escriben teatro pastoral?, explica Juan Carlos Martínez.

Estos autores clásicos y contemporáneos se distinguen por la calidad de sus textos y los mensajes que proponen: ?Sobre todo hacer un hincapié en lo verdaderamente esencial de la Navidad, que es recobrar el carácter humano, y resaltar el bien sobre el mal y es una sublimación del hombre que hace un alto en el camino?.

?Mira yo lo que te puedo decir es que he tratado de que a través de esta figura los jóvenes no pierdan sus principios, sus valores, se trata de una estructura muy noble que permite adaptar y mostrar la lucha entre el bien y el mal y crear una conciencia. Es importante saber que la pastorela no se debe delimitar, que es un género que ha evangelizado a países completos y que nos demos cuenta de la importancia que tiene?, concluye Humberto Rivera.

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