EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Ya tiene 12 años y va por los 13. Entra a la adolescencia. Pero a diferencia de los adolescentes, éste no da problemas. La Camerata de Coahuila ha entrado en la madurez.
?Se ha consolidado muy bien la orquesta?, dice el director Ramón Shade.
Pero lo más importante, se ha consolidado el público. ?A veces estamos en otras ciudades que tienen una tradición de muchos años, pensamos que en México o Guadalajara, que tienen tiempo con una orquesta, su público es mejor. Pero el nuestro es ejemplar?.
La Camerata inicia hoy una nueva temporada, que incluye platillos como tres estrenos de obras latinoamericanas dirigidos por Manuel de Elías, uno de los principales compositores mexicanos actualmente. Un concierto que después irá al Festival Cervantino.
Y la cereza en el pastel, un concierto de arias de Mozart con el tenor Ramón Vargas, que la vez pasada que estuvo aquí dijo que nadie le había tocado la Tarantella de Rossini tan rápido como la Camerata de Coahuila, un piropo que aún sonroja a Shade.
De Elías y Vargas en esta temporada, como el pianista Jorge Federico Osorio en la pasada, son muestras de un conjunto que, como dice su director, ?abusa de los amigos? para mantener su puesto como una de las orquestas de cámara más importantes del país.
Fundada en 1994, ha resistido dos cambios en el Gobierno estatal, uno de sus principales soportes. Desde hace dos años tiene casa propia, el Teatro Nazas, en donde se han consolidado todas las actividades de la orquesta y ya no tienen que andar buscando auditorios de la ciudad dónde ensayar.
?La orquesta ha crecido mucho?, dice Shade. En el aspecto musical, ha ido ?madurando un repertorio y un conjunto con un grupo que tiene mucho tiempo junto?.
Pero hay planes de expansión. ?Ya hemos agotado bastante el repertorio de música de cámara?, dice el director. Pero el cambio será lento, gradual.
EL PROGRAMA
El programa de esta temporada gira en torno a dos nacimientos. 250 años del de Wolfgang Amadeus Mozart y 100 del ruso Dmitri Shostakhovich.
Concebir el programa, cuenta Shade, es como un parto, una de las tareas más duras de dirigir una orquesta.
?Hay que ver qué instrumentos tenemos, dónde está la mejor parte, qué secciones hay que reforzar de la orquesta, cómo se ha llevado una línea para ir educando al público?, explica. ?Es como volver a componer. Me paso semanas buscando una obra que me hace falta para terminar un concierto?.
Es como un chef que busca maridar un platillo con el vino adecuado, y busca la unión perfecta de las piezas. A veces, Shade sale con programas llenos de nombres que de los que sólo han oído hablar unos cuantos iniciados. Andrzej Panufnik, por ejemplo, un músico polaco del siglo XX.
Shade explica por qué escogió un concierto para violín y orquesta de este compositor relativamente desconocido, que se tocará el ocho de septiembre. Lo dirigirá el concertino Sebastián Kwapisz, polaco también. ?Tiene abierto ese canal, esa sensibilidad?, dice Shade. Panufnik es un compositor que Kwapisz ?estudió desde niño?.
La clave es sorprender al público y tocar sus fibras. No sólo el lucimiento y el aplauso fácil, de obras ya conocidas, advierte Shade. ?Matas al público y matas a la orquesta?.
Pero el público es exigente. ?No aplaude cualquier cosa, ya demanda más calidad?, dice Shade. Hay sido un aprendizaje mutuo a lo largo de 12 años.
Luego vienen los ensayos, sesiones en que las piezas de una obra deben ir juntándose, como un rompecabezas, hasta que no haya un sonido fuera de lugar.
?Vamos a bajarle la cadencia?, le dijo Shade a los pianistas Claudia Angélica Machuca y Sergio Vázquez, dos laguneros que acompañarán a la Camerata en un concierto para dos pianos de Mozart en el concierto de hoy, mientras los tres repasaban la partitura para descifrar el ritmo exacto. ?Está muy rápido?, sentenció el director, ante comentarios de los dos pianistas que se preguntaban si, efectivamente, iban muy rápido.
CAMINANDO
Ramón Shade es un director inconforme. ?Nunca he estado conforme. En muchos conciertos, hay veces que digo que salió bien, pero el tener tantos conciertos al año, unos salen bien y otros no?, dice.
?A veces resulta que hay un gran éxito y a lo mejor no estás de lo más contento o, al revés, que no hubo un gran aplauso y tú estás muy satisfecho porque salió bien?.
A lo largo de 12 años, Shade no siente que haya formado escuela en la Camerata, aunque la orquesta retiene todavía a muchos de sus músicos originales.
Ya van por su tercer disco, uno de obras de Astor Piazzola, que salió de un concierto con el bandoneonista César Holguín la temporada pasada. Ya está en postproducción, anuncia Shade.
Hace unos días, relata el director, se enteró que el primer disco de la orquesta estaba vendiéndose en Francia. Buscando referencias en Internet sobre la obra de Bela Bartok, se topó con una mención a las Danzas Rumanas de este compositor, que la Camerata había grabado.
?Entonces?, dice Shade, ?ha ido caminando bien?.