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'Una tortura, hacer música sin distracción', Carlos Miguel Prieto

A sus 40 años, Carlos Miguel Prieto no sólo se da espacio para dirigir las orquestas de Minería y Xalapa, sino también para dedicarle tiempo a su familia.

El Universal

MÉXICO, DF.- Para Carlos Miguel Prieto una semana cualquiera transcurre así: grabar en Londres con la Royal Philarmonic durante tres días; después tomar un vuelo nocturno con el fin de llegar a México a las 7:00 de la mañana y, dos horas después, estar practicando con la Orquesta de Minería el recital que dará en la noche. Apenas tendrá tiempo para dormir, pues en la mañana habrá un doble ensayo para llegar en forma a la serie de conciertos que ofrecerá durante el fin de semana. Y poco después, probablemente lo veamos a punto de abordar un avión rumbo a Veracruz, ya que allá lo espera la Orquesta Sinfónica de Xalapa.

Es parte del precio de ser uno de los directores de orquesta más jóvenes y activos de México, con un promedio de 70 conciertos anuales. También es parte de la responsabilidad que implica estar al frente de la dirección artística de una de las orquestas más antiguas y prestigiosas del país: la Sinfónica de Xalapa. Pero Carlos Miguel Prieto lo disfruta. La música es su vida y no titubea al confesarlo.

?Desde mi más tierna infancia recuerdo estar rodeado por instrumentos de cuerda: violines, violas y violonchelos. En mi familia hay una tradición, mantenida durante varias generaciones, de interpretar música de cámara por gusto, no por profesión. Desde los cuatro años comencé a tocar violín. Gracias a Dios tuve un entrenamiento muy serio desde joven en aspectos como el solfeo y la armonía.

?¿Por qué el violín?

?Pregúntale a mis papás. Yo creo que porque se necesitaba un violín para el cuarteto. Mi abuelo, abuela y tío ?el hermano de mi padre? tocaban violín. Creo que querían una renovación generacional, además, de todos los instrumentos de cuerda es el más pequeño y, por lo tanto, el más fácil de ser manipulado por un niño. Nada tuve que ver... a esa edad nadie te pregunta tu opinión.

?¿En algún momento pensaste en ser director de orquesta?

?Eso vino tarde. Desde los nueve años, incluso antes, tenía una afición muy grande por la música orquestal, fomentada en parte por mi papá, quien me regaló una grabación con las nueve sinfonías de Beethoven. Comencé a coleccionar elepés y desde muy joven me aprendí muy bien todas las sinfonías de Beethoven, Mozart, Brahms o Tchaikovsky, aunque nunca me imaginé que me iba a dedicar a esto.

?¿Cuándo fue la primera vez que te paraste frente a una orquesta?

?En 1994, no hace tanto en realidad. Profesionalmente inicié con la de Aguascalientes. Inmediatamente después dirigí a la Sinfónica Nacional.

?Los músicos saben si un director tendrá o no el dominio de la orquesta...

?Este negocio es muy raro, porque hay que aprender haciendo. Hay muchas barreras. En primera, no te dan una oportunidad si no sabes qué hacer, y para saber qué hacer te deben dar una oportunidad. Es un círculo vicioso, pero cuando entras comienzas a aprender haciendo y deshaciendo.

?¿La orquesta es un instrumento del director?

?Me parece un término de poder y ego, que son las dos cosas que más me molestan; pero aunque no me guste, así es. Si en una sinfonía no tocan juntos las cuerdas con los metales es tu culpa, también si no tocan afinados. Yo le pido a los músicos que tengan un estado de ánimo de colaboración. Ellos se dan cuenta cuando estás haciendo música con ellos o cuando la haces a pesar de ellos.

?¿Qué es más complicado: dirigir a una orquesta o a una familia?

?A mis niñas. Tengo dos: Ana, de dos años y medio, y Cecilia, de seis meses. Dirigir una orquesta es difícil y un reto enorme. Cuando te equivocas en un concierto, en el peor de los casos paras y pides perdón al público.

Con un niño puedes hacer estragos si no tienes generosidad y comprensión. El nivel de preocupación es otro. Nuestra niña, por ejemplo, tiene algo que pocos niños padecen: con la fiebre se convulsiona. Cuando le pasa eso no duermo. Eso es mucho más difícil, y quien no lo reconozca así no tiene bien marcadas sus prioridades. En mi caso, mis hijas, esposa y familia son primero.

?¿Aún recurre al consejo paterno?

?Siempre, pero en cosas insospechadas, como las niñas. Hacemos mucha música con el cuarteto y nos comprendemos bien. Hemos sido muy cuidadosos en que cada quien lleve su carrera de forma separada.

?¿Ha sido una ventaja o una desventaja ser hijo de Carlos Prieto?

?En un principio puede ser una ventaja porque saben quién eres, pero eso dura poco. Cuando te paras frente a una orquesta no importa quién eres, cuánto tienes ni de dónde eres, lo que importa es el trabajo.

?¿Le gustaría dirigir a la OSN o a la OFUNAM?

?Pues estoy preparado para ambos cargos, pero tengo los tres o cuatro años próximos cubiertos. Soy director de cuatro orquestas. No estoy buscando esos puestos y no entra en mis planes, aunque, si eso se da, no estoy cerrado a las posibilidades.

¿Quién es?

Algunos apuntes sobre Carlos Miguel Prieto:

-Tiene 40 años y mide 1.91.

-Toca el violín desde los cuatro años y dirige profesionalmente desde 1994.

-Estudió dirección de orquesta con Jorge Mester, Enrique Diemecke y Charles Bruck, y análisis con Mario Lavista y Joaquín Gutiérrez Heras.

-Ha dirigido las orquestas sinfónicas de Dallas, Houston, Milwauke, Fort Worth y Florida, en México: la Filarmónica de la Ciudad de México, la de la UNAM y la Sinfónica Nacional, entre otras.

-Desde 2002 es director artístico de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.

FUENTE: El Universal

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