¿Llegará por fin? ¿Aparecerá en el Corona esa esquiva y escurridiza victoria? Se le ha buscado con afán desde hace mucho tiempo y no aparece. Falta ponerle más atención a cada jugada cuando el rival se anima a ir más allá de la media cancha.
Falta cerrar todos los caminos que han estado abiertos, como amplias calzadas por donde se mueven a placer los rivales. Falta coordinación entre medios y defensores para no dejar solitario y ya sin resguardo a un buen arquero venido de Argentina.
Es necesario no sólo mostrar a plenitud la casta sino agregar la actitud, para que se vea determinación y entrega en cada lance. Falta perderle el respeto a los que se mueven en el bando contrario, porque se les ha tenido mucha complacencia.
Falta combinar la experiencia de los que tienen honores e historia con los que empiezan y de los que se sigue echando mano dadas las circunstancias especialmente por las lesiones que han aparecido en forma generosa en los últimos tiempos.
Y hay que seguir pidiendo el apoyo del jugador número doce, que no ha faltado a las citas, que ha estado ahí esperando también, no el milagro de conseguir triunfos sino el resultado de un trabajo realizado con tesón y entrega.
Este debe ser el día apropiado para empezar a cambiar las cosas, mañana podría ser demasiado tarde porque los demás involucrados en el descenso se han puesto las pilas, han sacado puntos de todos lados y están dejando en el camino a unos que eran llamados guerreros.