Especialistas consideran urgente tomar acciones para salir de la crisis que dejò la elecciòn presidencial.
EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- Concluidas todas las etapas legales del proceso electoral federal, una conclusión es compartida por la gran mayoría de los mexicanos sin distingo de preferencias políticas: México está partido y confrontado y urge hacer algo antes que derive en una crisis mayor.
La naciente democracia mexicana que en el año 2000 sirvió como carta de presentación al país ante el mundo para arrancar el nuevo milenio, se encamina ahora hacia una cirugía mayor en el Congreso a través de las reformas que, unos y otros partidos políticos, ya empiezan a mencionar como parte de la agenda política inmediata.
Tras recibir su constancia como presidente electo para el periodo 2006-2012, Felipe Calderón Hinojosa ha reiterado su convocatoria a su principal adversario en la contienda por la Presidencia de la República, el perredista Andrés Manuel López Obrador, para transitar a una nueva etapa de conciliación y acuerdos a través del diálogo político.
La respuesta negativa ha sido contundente por parte del político tabasqueño, quien además mantiene su movimiento de resistencia en el Zócalo de la capital del país, en las avenidas Paseo de la Reforma y Juárez y en la calle de Madero.
El 16 de septiembre, la convención nacional democrática, en la que se pretende reunir a un millón de delegados procedentes de todo el país, en el Zócalo, definirá el rumbo del movimiento que encabeza López Obrador y la coalición Por el Bien de Todos, que lo postuló.
Mientras tanto, la tensión se mantiene en el país y algunos especialistas consideran urgente tomar acciones para salir de la crisis que dejó la elección presidencial.
?Hay que recomponer la confianza de los ciudadanos en la política. Después de seis meses de estridencia nacional es hora que los políticos sepan devolverle a los ciudadanos la serenidad política. Están obligados a ello. El ciudadano está aburrido del espectáculo y desea ver no sólo al Gobierno, sino al Estado en su conjunto trabajando para él?, afirma Bernardo Graue Toussaint, director del Centro de Análisis Político (CAP).
Su diagnóstico coincide con algunas encuestas. Por ejemplo, GEA-ISA encontró en un par de encuestas levantadas antes y después de las elecciones que la satisfacción de los mexicanos con la democracia se redujo, pues antes del dos de julio era del 35 por ciento y tras los comicios quedó en 25 por ciento.
El grupo de los que se declaraban insatisfechos con la democracia antes de la elección (63 por ciento), aumentó tras la elección y el conflicto post electoral (72 por ciento).
Sin embargo, GEA-ISA encontró también que la percepción sobre la garantía que ofrecen el IFE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) quedó en términos generales en un nivel positivo respecto de la confianza que inspiraban antes de los comicios.
Pero más allá de las encuestas y asuntos coyunturales, es urgente aliviar las tensiones en términos sociales y económicos que vive el país, y que se iniciaron desde muchos años antes de las elecciones, pero que ahora se avivaron por la crisis política, advierte el doctor en Economía, José Luis Calva.
?Me preocupa que el país pueda seguir un modelo económico que ha significado el estancamiento del producto nacional por persona. Creo que los costos mayores para el país consisten en no estar debatiendo los grandes problemas nacionales. El principal es cómo conducir la economía mexicana para poder restablecer las condiciones de crecimiento, de generación de empleos y de reducción de las tremendas desigualdades y de la pobreza en nuestro país?, afirma en entrevista.
Explica que el modelo económico vigente desde hace 23 años ya reporta un saldo de 8.1 billones de dólares que no se generaron en el producto nacional por mantener un modelo incapaz de generar pleno empleo.
Por eso, insiste, el costo económico que ha dejado la crisis post electoral, que algunos estiman en cuatro mil millones de pesos, es irrelevante frente al gran costo social y económico para el país.
Por ello, Graue considera que debe haber un cambio drástico de actitud de la clase política mexicana, pues el país no aguanta seguir la misma ruta de descarrilamiento que dejó el dos de julio.
?Llevamos un sexenio de acuerdos ?de palabra? y bloqueos en los hechos que ha mantenido al país estancado. Partidos y Gobierno tienen que asumir que ha sido una irresponsabilidad compartida?, afirma.
En su opinión, Calderón está obligado a la generosidad política, a la apertura al diálogo, y los partidos deben acabar con el bloqueo en el Congreso y a apostarle a que al presidente de la República y su partido le vayan mal, dice.
El PRD, agrega, debe definirse entre ser ?un partido que es segunda fuerza política en el Congreso o un movimiento de banqueta que no merece financiamiento público?. ?Si no cambia el PRD su conducta, le pasará lo mismo que al (subcomandante Marcos), acabarán siendo los bufones de la política?, sostiene.
La senadora y secretaria general del PRI, Rosario Green Macías, destaca que su partido no tardó ni 24 horas desde la votación para reconocer no sólo la derrota de quien fue su candidato presidencial, Roberto Madrazo, sino también para refrendar el respeto a los fallos que en su momento habrían de dictar tanto el IFE como el TEPJF.
Sin embargo, no dejó de subrayar el mal sabor de boca que dejó la actuación del presidente Vicente Fox, como responsable de la institución presidencial, además del comportamiento que tuvieron otros actores, como los empresarios, y que en su momento los magistrados electorales exhibieron públicamente al declarar la validez de la elección y a Calderón como presidente electo:
?Es la decisión del Tribunal y yo como mexicana, como ciudadana, como priista y como senadora, la acato. Pero me pregunto ¿qué pasará mañana cuando se vea que el Tribunal dijo ?sí hubo a, b c y d, y sin embargo este es mi fallo?.
El senador del PAN y miembro de la Junta de Coordinación Política, Alejandro Zapata, expresa su confianza en que habrá diálogo político fructífero con todas las fuerzas políticas para sacar adelante las reformas que exige el desarrollo de México, incluidos los legisladores del PRD.
Las claves de este proceso de concertación y conciliación políticas, explica el político potosino, serán el reconocimiento a la pluralidad y el reconocimiento de que aún dentro de las mismas fuerzas partidistas hay quienes tienen diferentes puntos de vista, ?pero en esencia todos somos mexicanos?.