EFE
Madrid.- Una sustancia muy concentrada en productos naturales como la uva y la nuez, el resveratrol, mitiga los efectos secundarios o no deseados de la obesidad y mejora la esperanza y la calidad de vida de quienes padecen sobrepeso.
En las conclusiones del trabajo, desarrollado por un consorcio con científicos en su mayoría estadounidenses y publicado en el último número de la revista "Nature", se demuestra que el resveratrol previene los efectos secundarios o no deseados de la obesidad, según explicó el científico español Plácido Navas.
A esta conclusión se llegó después de suministrar en ratones, en el laboratorio, una dieta alimentaria muy rica en grasas junto con resveratrol, que es con lo que las vides y los nogales se defienden frente a infecciones como los hongos.
Según Navas, se comprobó que esos roedores eran más longevos y tenían mayor calidad de vida que los que engordaban sin esa sustancia.
El estudio
Como parte del experimento, se alimentó a ratones en su vida adulta (con un año de vida) para que ganaran peso y se les suministró al mismo tiempo resveratrol.
Estos animales desarrollaron un cambio metabólico capaz de prevenir, por ejemplo, todos los parámetros desencadenantes de enfermedades como la diabetes producida por la ingestión de muchas grasas.
Además, explicó el experto, la esperanza de vida de esos roedores se incrementó con el suministro de resveratrol combinado con una dieta hipercalórica.
Según los datos de los experimentos, cuando la dieta rica en grasas era combinada con el suministro de resveratrol los ratones que morían eran sólo el 30 por ciento, mientras que el porcentaje alcanzaba el 50 por ciento entre los roedores a los que no se les suministró esa sustancia y ganaban peso, indicó Navas.
Ello demuestra que se produce una mejora de la calidad de vida entre los ratones que aun alimentándose con mucha grasa o una dieta hipercalórica incluyen resveratrol, pues ello les previene de fallos que les pueden provocar la muerte.
Navas añadió que se ha comprobado que en esos animales se produce un cambio molecular hacia una mayor producción de mitocondrias, que es donde se produce toda la maquinaria energética celular.