Si bien es cierto, ayer el Congreso de Coahuila decidió dar entrada a la conformación de un organismo que diseñará la iniciativa de reformas legales tendientes a erradicar de una vez por todas los multifamosos y poco populares ?bonos de marcha? que periódicamente reciben los funcionarios públicos, la sorprendente reacción de los legisladores locales del PRI para aceptar la medida no parte precisamente de su buena voluntad para desprenderse de un recurso económico millonario y tampoco ?que éste debiera ser el principal argumento- a la presión social que existe en contra del Poder Legislativo, por la descarada forma en que los curulecos simplemente se reparten cada año el dinero que sobra del presupuesto. La decisión de los diputados priistas más bien tuvo que ver con el duro estirón de orejas ?como ya se había informado en este espacio- que el recién estrenado gobernador, Humberto Moreira Valdés, en su condición de primer priista de Coahuila, le dio a Horacio del Bosque Dávila, en la condición de este último, de coordinador de la mayoría priista en el Congreso estatal. Y es que mientras el gobernador no perdía oportunidad para decir a los cuatro vientos que su postura en torno a los bonos es de rechazo absoluto, en el Congreso, ?Lacho el Feroz? y su pandilla se hacían los occisos y como si la Virgen les hablara y de esta forma evitaban comprometerse a cualquier medida que después los obligara a recibir menos recursos económicos durante este año por sacrificarse por el pueblo. Pero la postura de los curulecos del PRI no sólo iba en contra del gobernador, sino también de su mismo partido, pues el dirigente estatal del tricolor, Samuel Rodríguez, tampoco es de la idea de que los servidores públicos se sirvan con la cuchara grande y sólo aprovechen los puestos para satisfacer sus ambiciones económicas. Bueno, pues resulta que ayer los diputados priistas y de los demás partidos, decidieron dar el primer paso para quitar los bonos y normalizar los ingresos de los servidores públicos, pero llamó la atención la presencia de Samuel Rodríguez Martínez en el recinto donde la diputación permanente sesiona. Hubo quien afirmó que la presencia del dirigente priista no era precisamente de cortesía o simplemente para atestiguar el desarrollo de la asamblea, sino para supervisar la postura de los legisladores del PRI, pues don Samuel no andaba muy errado al intuir que frente a él los curulecos del tricolor decían una cosa respecto al bono, pero ya en la sesión, a la hora de tomar las decisiones, cambiaban radicalmente su postura.
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Si las lenguas de doble filo tienen razón, en unas cuantas semanas se registrará el primer cambio importante en el Gabinete que recién acaba de conformar el gobernador, Humberto Moreira Valdés. Cada día suenan más sólidos y convincentes quienes aseguran que Óscar Pimentel González no permanecerá durante mucho tiempo al frente de la Secretaría de Gobierno, pues se encuentra a la cabeza de las listas de aspirantes del PRI al Senado de la República. De ser así, Pimentel González, quien ya fue diputado federal y alcalde de Saltillo, se perfilaría como natural para la sucesión política que ocurrirá en Coahuila dentro de seis años. De hecho ya se maneja una serie de nombres de posibles personajes que pasarían a ocupar su cargo en la Secretaría de Gobierno, entre los cuales el que hace más ruido es el de Samuel Rodríguez Martínez, actual presidente del Comité Directivo Estatal del PRI. Y es que además de tener maestría en asuntos electorales y doctorado en operación política, Samuel Rodríguez es quizá el amigo más cercano del gobe Moreira, quien no tendría empacho en nombrarlo como su segundo de a bordo, pero son rumores y habrá que esperar para ver si cuajan o se los lleva el viento.
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Nuestros subagentes a quienes últimamente les da por el arte culinario, nos acaban de pasar una receta que dicen es infalible para colocarse en un puesto público. Los ingredientes principales son: tener una empresita chica o mediana, con poco personal; inscribirse en una cámara empresarial y empezar a ?hacer bola?, sobre todo no faltar a las reuniones ordinarias y extraordinarias y hacer camino para colocarse en el consejo directivo. Aparecer en fotos con el presidente en turno, con el alcalde o con el gobernador y poner cara de preocupación constante por los problemas que afectan a su comunidad, haciendo al mismo tiempo labor con miras a colocarse en la Presidencia. Luego hay que agitar todo, ponerlo a fuego lento y de repente subirle a la mecha como si pareciera que la intención es quemar todo, hacer berrinches de vez en cuando y luego otra vez una flamita. Al final el platillo es un puesto en una Presidencia Municipal o en el Gobierno del Estado. Dos que ya pusieron en práctica esta receta son: Carlos Tovalín López, regidor catorce por el PRI en el Cabildo actual y Luis Cuerda Martínez, ahora flamante subsecretario de Fomento Económico, quien atenderá la cartera de Comercio. Ambos son ex presidentes de la Cámara de Comercio de Torreón y de nueva cuenta demuestran que en eso de aprovechar las cámaras para buscar chambas, se la ganan a los priistas. Se les felicita por haber dejado de vivir en el error.
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Los activos subagentes que le hacen al Dick Tracy, han empezado a revisar los expedientes secretos de cada uno de los funcionarios de la Administración de don José Ángel Pérez y ya llevan dos singulares sorpresitas: una, que la titular de Salud, Rocío Vásquez, no es doctora, es decir, sí pero no. Es que no ha tenido tiempo de conseguir su título y en el ámbito de los médicos, nadie la conoce como tal. La otra es que el flamante titular de Ingeniería Vial, es el contador público Francisco Torres Juárez, que de Vialidad y de Ingeniería parece que no sabe nada y lo único bueno que tiene, es una amistad entrañable con su jefe Alberto Hermosillo. Bien por Torreón, vamos mejorando.
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Es un secreto a voces allá en la peronera ciudad saltillense, que el ?aviador? número uno es Óscar Pimentel González, secretario de Gobierno. Es que el político, lo único que gobierna es tal vez su vida, pues las decisiones en materia de política interna y grilla de alto nivel, la hace y deshace el ?Gran Hermano?, es decir, don Rubén Moreira Valdés, el orgullo del gobernador y quien cobra como subsecretario de Gobierno, pero a él acuden y con él acuerdan, desde el señor que vende semillas en Palacio hasta los legisladores priistas y secretarios. En el Palacio Rosa no se mueve una hoja de papel, sin que Rubencito lo sepa. Nomás que no vaya a salir como Raulito, aquel hermano del chaparrito.
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Como suele suceder, muchas personas buscan acomodarse para salir en la foto y presumir que ellos apoyan a alguien que está destacando. Como muchos laguneros ya se enteraron, Germán Martínez Flores está participando en el programa de Televisa ?Cantando por un sueño?. Dicen nuestros subagentes encargados de la farándula, que hace algunos meses Germán era el director de la rondalla en la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Coahuila, y se dicen era porque después de su reelección como director de la Facultad, Juan Manuel Estrada Rodríguez, le prohibió a Germán que volviera a entrar al plantel, sólo porque él apoyó a otro candidato, además el directivo desintegró la rondalla y se encargó de que los alumnos no se reunieran, al menos en la facultad. Sin embargo, ahora que Germán está apareciendo en este programa televisivo a nivel nacional, Estrada Rodríguez hizo circular un oficio en todas las aulas, donde pide el apoyo para el director de la rondalla. Este acto causó malestar entre aquellas personas que saben perfectamente la forma en que Estrada Rodríguez se comportó con el músico; ahora nomás falta que el directivo quiera que lo entreviste el conductor, Adal Ramones, para obtener un minuto de fama, aunque sea a costa de alguien a quien él bloqueó en su carrera musical y sólo porque no le dio su apoyo cuando buscó la reelección en la Dirección.
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En los pasillos de la Presidencia de Gómez Palacio hay gran expectación por los ajustes que anunció el alcalde, Octaviano Rendón Arce, con los que se pretende reducir el egreso por concepto de la nómina en un diez por ciento, situación que al principio derivó en que había más personal del necesario en las oficinas del edificio municipal, al grado que los propios funcionarios comentaron que la resolución había puesto de nervios a uno que otro ?aviador?. Sin embargo, ya que se calmaron las aguas y el ambiente en el Ayuntamiento vuelve a lo normal, con empleados que llegan después de las nueve y se van antes de las cuatro, sin preocupaciones por el recorte, pues según dicen los que dicen saber, no se van los que menos trabajen, sino los de ?palanca? más débil. ¿Usted cree?