Los diputados locales del Partido Revolucionario Institucional pasaron de los desacuerdos un tanto civilizados al intercambio de palabras altisonantes e incluso casi a los golpes. El motivo: el desaseo con que Horacio del Bosque Dávila, ?Lacho el Feroz?, conduce a la fracción parlamentaria del tricolor, la cual es mayoría en el Congreso local. El desaguisado ocurrió el lunes por la tarde, durante una reunión de legisladores priistas donde ?Lacho el Feroz? impidió a algunos curulecos del PRI presentar una serie de iniciativas, aún cuando los asuntos corresponden a promesas adquiridas durante campaña. ?Lacho? de plano les dijo a sus representados que no habría ninguna iniciativa de Ley si antes no lo consensuaba con el gobernador Humberto Moreira Valdés y éste a su vez autorizaba los proyectos. ¿No se supone que en Coahuila hay división de poderes? El asunto molestó a más de cuatro, pero el que de plano estalló fue el diputado Julián Montoya, ex dirigente de la Sección 38 del sindicato magisterial. Fue tanto el enojo de Montoya que golpeó la mesa en torno a la cual estaban reunidos y colérico salió del salón, no sin antes ?refrescársela? a ?don Lacho?, quien se quedó estático. Ya fuera de la sala, Julián Montoya seguía vociferando y poco le importó que reporteros y personal del Congreso se dieran cuenta de su berrinche, el cual puede tener el suficiente fundamento, pues una cosa es correrle la atención al gobe, quien finalmente fue quien les dio la chamba de curulecos y otra esperar a que éste les autorice o no el trabajo, que finalmente es lo que pretende el presidente de la Junta de Gobierno.
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Pero ésta no fue la única bulla que se presentó en la misma reunión, pues antes, el mismo Montoya y su colega José Luis Alcalá, tronaron en contra del diputado Raúl Xavier González, coordinador de la comisión que prepara la iniciativa para prohibir los bonos. El problema vino cuando el diputado González presentó los avances del proyecto e hizo ver a sus compañeros de bancada que la propuesta legal estaba prácticamente lista, por lo que debían prepararse sicológicamente para despedirse de bonos y compensaciones extraordinarias a su ya de por sí jugoso sueldo. ?¿A poco iba en serio lo del bono??, preguntaron Montoya y Alcalá. ?Sí, desde el principio esto marchó en serio, pues no se trata de jugar con la voluntad de la gente?, respondió González. ?¿Pero por qué tan rápido?, ¿por qué no dejaste las cosas así?, ya de plano le hubieras dado largas al asunto?, le reclamaron. ?Pues a mí me encomendaron este asunto y el trabajo ya está hecho. Ahora está en ustedes si lo aceptan o no, pero el compromiso es claro, pues los ciudadanos ya no quieren que esté vigente lo de los bonos?, reviró Raúl Xavier. El problema es que precisamente Julián Montoya y José Luis Alcalá, además de ?Lacho el Feroz?, son los principales opositores a la desaparición del bono, es decir, son los principales interesados en seguir ganando las ?perlas de la Virgen? a costa de los impuestos que pagan los ciudadanos. Pero Raúl Xavier no está solo y su postura para lograr la desaparición de estos atracos es respaldada por los también diputados del PRI, José Luis Moreno, Jorge Abdala y Antonio Juan-Marcos, estos dos últimos curulecos originarios de La Laguna. A ver qué pasa.
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En más del Congreso de Coahuila, esta misma semana rendirá protesta como director del Instituto de Investigaciones Legislativas el abogado originario de Torreón, Jesús Gerardo Sotomayor Hernández. No habría ningún problema en su nombramiento, salvo que está impedido legalmente para ejercer como servidor público, pues Sotomayor contendió como candidato del PRI a diputado local por el Distrito Nueve y si finalmente no se convirtió en legislador, fue porque lo derrotó en las urnas el panista Luis Gurza Jaidar. El asunto es que la Ley Orgánica del Congreso estatal, en su Artículo 266, establece que el director del Instituto deberá ser un coahuilense que emerja de la sociedad civil y que al menos en el último año no haya sido dirigente o candidato de ningún partido político, requisito que Sotomayor evidentemente no reúne. ¿Qué es pues lo que está pasando?
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Como balde de agua fría le cayó a los empresarios que integran el Consejo Lagunero de la Iniciativa Privada (CLIP) el exhorto del presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Fernando Royo Díaz Rivera, quien en la reunión ordinaria de ayer presentó un escrito donde expone la necesidad de obedecer a las leyes y no a las personas, para que la Iniciativa Privada juegue el papel que le corresponde, como contrapeso ante el Gobierno y no como comparsa. El CLIP ha perdido imagen por errores como la defensa del Distribuidor Vial Revolución (DVR) sin los elementos necesarios, los conflictos de intereses y el ser utilizado como ?trampolín político? (basta recordar que el anterior presidente, Antonio Juan Marcos Villarreal, hoy diputado local del PRI). Por ello, el titular de Coparmex pidió a los empresarios reflexionar sobre la honestidad de su actuar y la función del organismo, pues indicó que éste es un ?escenario muy peligroso para la sobrevivencia de la institución?. Sin duda, esto no le gustó a la mayoría de los integrantes, que no por ello dejó de reconocer la verdad en el escrito que les entregó Fernando Royo. Ojalá que realmente el CLIP encuentre la madurez que se requiere para ser, en conjunto con el sector público y el sector civil, el contrapeso que la sociedad espera de este tipo de organismos.
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Nuestros subagentes nos platicaron una de las muchas ?leyendas negras? que existen en torno a la historia del célebre Distribuidor Vial Revolución y de la participación que tuvieron conocidos constructores en darle sus ?arregladitas? para que nadie supiera de las fallas que tuvo en el proceso de la obra. Igual nos platicaron de los jugosos contratos que recibieron para taparles la boca en aquellos tiempos de Jorge Viesca a quien siempre defendieron y apoyaron en sus campañas publicitarias. Lo curioso es que todos los personajes de esta tenebrosa historia son ex presidentes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción: En primer capítulo aparece Alfonso Soto Corral, quien fue subcontratado para hacer la cimentación del DVR por apoyar a Viesca. Cuando empezaron a registrarse los accidentes, se le dio un contrato para la ampliación del Periférico, tramo que levantó sobre bases de escombro. Otros dos que trabajaron en el engrosamiento de las columnas para tratar de estabilizarlo fueron Ignacio Chong y Roberto Tueme Graham, actualmente presidente de la Cámara. Chong construyó el nuevo edificio de la PGJE en Torreón y a Tueme se le otorgó otro tramo de ampliación del Periférico. La empresa Alfa de los Allegre, le colocó el primer relleno de concreto en las curvas para que diera el peralte. Por todo ello la gente se pregunta. ¿Qué calidad moral tienen para cuestionar ahora el destino de este complejo vial?
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