Enfermedades como obesidad, hipertensión y hasta diabetes, están relacionadas con el maltrato.
El Siglo de Torreón
GÓMEZ PALACIO, DGO.- La violencia contra las mujeres es un problema de salud, por todas las repercusiones que se atribuyen a este fenómeno en la aparición de enfermedades que si no son atendidas, se magnifican y deterioran las condiciones de vida de quienes lo enfrentan.
Según lo manifestado por Diana Fernández, médico del Departamento Municipal de Atención a la Mujer, la violencia física o emocional impacta negativamente en la salud de la mujer, lo que principalmente se refleja en condiciones de obesidad o sobrepeso e hipertensión arterial, que a su vez desencadenan los padecimientos crónico degenerativos más comunes, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Expuso que quienes viven un constante clima de intranquilidad o se ven amenazadas en su integridad, se enfrentan a una descompensación provocada por la pérdida de líquidos, lo que también incide en alteraciones de los niveles de colesterol y triglicéridos.
A través de las campañas de detección de enfermedades que realiza esta dependencia, se han detectado altos índices de obesidad entre las mujeres, además de un riesgo latente de que éstas desarrollen diabetes.
Por otra parte, se han detectado alteraciones como la miomatosis uterina, que es la presencia de tumores benignos que crecen en el útero o matriz y que provocan sangrados y dolor y que en algún momento pueden poner en riesgo la vida de las pacientes.
En mujeres embarazadas, existe un alto índice de preclampsia, que es una forma de hipertensión durante el periodo de gestación y que además constituye una de las principales causas de muerte; en ciertos casos, es necesario someter a la paciente a una cesárea ante la imposibilidad de controlar su presión arterial.
Poliquísticos (quistes múltiples) en los ovarios provocados por el exceso de hormonas; alteraciones en las mamas como mastopatías fibroquísticas, son otros de los cambios degenerativos frecuentes en las mujeres mayores de 30 ó 35 años, mientras que en las de edad avanzada se vuelve común la caída de la vejiga (cistocele) en diversos grados.
Diana Fernández señaló que estos padecimientos pueden atribuirse directamente a la violencia que se ejerce sobre la mujer, pues la idiosincrasia del agresor es no permitirles que acudan al médico a practicarse revisiones periódicas, o incluso cuando están embarazadas.
Por este motivo, hay mujeres que llegan a dar a luz a los hospitales sin haber sido evaluadas por un médico durante los nueve meses; hay otras que son golpeadas cuando esperan a sus bebés y ni siquiera acudieron a consulta para ver las posibles repercusiones.
?El problema es económico pero sobre todo cultural, pues los servicios preventivos son gratuitos y las instituciones cada vez hacen más campañas de detección, a las que por desgracia no llegan todas las mujeres que quisiéramos?, indicó la especialista.
Repercusiones
La violencia tiene serias repercusiones en la salud de las mujeres; de acuerdo con las campañas de detección, padecimientos como los siguientes se atribuyen a este fenómeno:
· Obesidad y sobrepeso.
· Hipertensión arterial.
· Diabetes y enfermedades cardiovasculares.
· Miomatosis uterina (tumores benignos que causan sangrados).
· Alteraciones en mamas por exceso de hormonas.
· Cistocele (vejiga caída).
· Hipertrofia uterina (crecimiento del útero).
· Preeclampsia.
· Partos prematuros o complicados.
FUENTE: Departamento Municipal de Atención a la Mujer de Gómez Palacio
