“Porque existe un gran reino sin límites cuya extensión ninguna generación de
ángeles ha visto”. Evangelio de Judas
Sevilla, España.- El descubrimiento del llamado Evangelio de Judas, que en estos últimos días ha sido difundido por la National Geographic Society de Estados Unidos, no debería sorprender tanto como lo ha hecho. No es un atentado a la religión católica, como lo han sostenido algunos prelados, sino un documento histórico que tiene información importante y nos subraya las diferencias que las comunidades cristianas tenían entre sí en los primeros siglos tras la vida de Jesús.
Hay un acuerdo entre los especialistas en el sentido de que el texto no pudo haber sido escrito por Judas Iscariote, el apóstol a quien los evangelios canónicos señalan como traidor a Jesús. La copia que se conoce, y que ha sido traducida del copto y difundida por National Geographic, ha sido fechada entre el 220 y el 340 de la era cristiana con pruebas de carbono 14. El documento puede ser una copia de un original más cercano a la vida de Jesús, pero habla sobre Judas en tercera persona e incluye elementos que suponen conocimientos del siglo II.
El llamado Evangelio de Judas, sin embargo, no es una falsificación. Los cristianos primitivos escribieron muchos textos que describían aspectos de la vida de Jesús. Se sabe de la existencia de cuando menos una cincuentena y varios han sobrevivido completos o en partes. De todos estos textos redactados por los cristianos primitivos sólo cuatro -los de Marcos, Mateo, Lucas y Juan-han sido considerados evangelios “canónicos” por la Iglesia Católica. Son los únicos que se adaptan completamente a los dogmas establecidos gradualmente por la jerarquía y son, por lo tanto, los únicos considerados “palabra de Dios” por la Iglesia. Los otros, a los que se llama “apócrifos”, tienen pasajes que la Iglesia no objeta en lo teológico, pero debido a que en algunos puntos contradicen los dogmas de la Iglesia son considerados erróneos, cuando menos en parte, y en algunos casos hasta heréticos.
Este es el caso del Evangelio de Judas. El texto refleja una posición común en los siglos II y III entre algunas comunidades cristianas, denominadas gnósticas, según las cual Judas no fue realmente un traidor sino un instrumento de Dios para permitir el sacrificio de Jesús y por ende la salvación de la humanidad. Según los gnósticos, Judas habría sido el discípulo favorito de Jesús y un iluminado a quien el maestro le habría comunicado un conocimiento especial que no habría compartido con los demás discípulos.
El Evangelio de Judas refiere que Jesús se dirigió a su discípulo y le dijo: “Serás maldecido por las otras generaciones”. Pero más tarde le señala: “Y regirás sobre ellos... Y superarás a los demás. Porque sacrificarás al hombre que me viste.” El pasaje clave de este texto señala que Jesús llamó a Judas y le dijo: “[Ven] para que te enseñe acerca de [los secretos] que nadie ha visto. Porque existe un gran reino sin límites cuya extensión ninguna generación de ángeles ha visto, [en el que] hay [un] gran [Espíritu] invisible.”
Los gnósticos mantenían que el camino a la salvación estaba señalado por ese conocimiento secreto que Jesús había impartido a Judas. En el año 180 san Irineo consideró la enseñanza del Evangelio de Judas lo suficientemente peligrosa como para declararla herética. Hay buenas razones para pensar que el texto que ahora ha sido traducido y difundido por Nacional Geographic es una copia posterior de ese Evangelio de Judas al que Irineo hizo referencia.
Los cristianos pueden simplemente rechazar el texto como un trabajo de ficción o de defensa de las posiciones de un grupo considerado herético durante casi dos milenios. Pero el texto nos subraya también cómo las primeras comunidades cristianas discutieron durante siglos los detalles teológicos de su fe hasta que los dogmas de la Iglesia se fueron fijando entre los siglos III y IV.
Hoy es común que se crea que los dogmas de las iglesias Católica y Ortodoxa se establecieron inmediatamente después de la muerte de Jesús. Pero la verdad es que ni siquiera la divinidad de Jesús, ese punto fundamental de la actual fe cristiana, fue aceptada por todos los cristianos sino hasta varios siglos después de la muerte de Jesús.
Es lamentable la posición de algunos en el sentido de que los católicos deben abstenerse de leer este Evangelio de Judas para no confundirse. Ésta es la misma actitud que hizo que durante siglos la Iglesia evitara que los cristianos leyeran la propia Biblia. Uno podrá darle la interpretación que uno quiera a este texto, pero hay razones para pensar que fue escrito por comunidades cristianas que en el siglo II buscaban entender el mensaje de Jesús. En eso radica precisamente su valor.
PROCESIONES
No hay discusión teológica para los miembros de las cofradías que salen en procesión en Sevilla en Semana Santa vestidos de nazarenos y penitentes con túnica y capuchón. Su culto centenario a las vírgenes y los Cristos se renueva cada año, pero con una gran alegría. Los sevillanos montan la fiesta hasta la madrugada. Esta celebración de la Pasión de Jesús se ha convertido en una gran celebración de unidad de los sevillanos.
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