Es curioso como han cambiado de tono los comentarios y ambiente políticos que se escuchan en el ardid empresarial y en los medios informativos al aproximarse la fecha de la elección.
El sonoro y alarmante reclamo de muchos empresarios a la candidatura de López Obrador pareciera que empieza a bajar de tono al acercarse el dos de Julio, al conocerse que el resultado de las encuestas le siguen favoreciendo.
Por otro lado la era Fox parece ir llegando a su fin lentamente, e igualmente el reclamo de los empresarios a su administración pareciera ir subiendo de tono al acercarse el final de su termino presidencial.
Es curioso el comportamiento promedio del empresario Mexicano, digno seria de un estudio de psicología social, sin duda veríamos resultados muy interesantes.
Durante los últimos 12 meses estuvimos escuchando y leyendo comentarios que asimilaban a López Obrador con Hugo Chávez, y que aseguraban nexos peligrosos del famoso ?Peje? con otras corrientes políticas de extrema izquierda de Latinoamérica.
Visto fríamente, creo que en México se viven tiempos de cambio, por un lado se pasa por una transformación económica profunda, que sin duda traerá beneficios en el largo plazo, pero también a costa grandes sacrificios en el corto plazo en el terreno social.
México vive también una gran transformación en el terreno político.
Es muy difícil que en México volvamos a ver, al menos en el corto plazo, presidentes omnipotentes y súper poderosos como los que vimos hace 20 años, sin duda este es uno de los grandes beneficios del proceso democrático que vivimos ahora.
El temor de que en México veamos a un ?Hugo Chávez? en el poder, es altamente improbable.
Las diferencias entre Venezuela y México en el terreno político, y en el terreno de la distribución real del poder, repiten real, son abismales.
El mosaico del poder real en México, y me refiero al poder económico y político real que existe en el país, esta mucho más repartido que hace dos décadas, el poder de los gobiernos del los Estados a través de los gobernadores es innegable, existen también varios grupos de empresarios que en la realidad del país tienen una verdadera voz y pesan en las decisiones del ejecutivo.
Los medios de información sin duda han adquirido un poder real también, muy diferente al que tenían en complicidad o por temeridad con los gobiernos pasados.
Podríamos hablar también de la transformación que han tenido los sindicatos, la iglesia, los mismos partidos políticos y el congreso, así como otros grupos sociales de peso, y concluiremos en una gran transformación del poder real.
No debemos olvidar que Vicente Fox es el primer presidente de México, salido de la oposición, que accede al poder en forma pacifica, sin guerras.
Quizás ese simple hecho sea en realidad uno de sus únicos logros, pero sin duda significativo en la historia de la democracia en México.
Quizás la historia lo recordara por ese simple hecho, el haber emergido de un partido de la oposición y haber podido subirse al estrado en San Lázaro y ponerse la banda presidencial, porque de ahí para adelante... no me parece que la historia lo recordara precisamente por ser un gran estadista.
No tengo duda que López Obrador al igual que Fox en su momento, juegan a ganar la elección, y nada de lo que dicen o hacen en sus campanas políticas tiene que ver con el progreso de México o con lo que en lo personal piensan en el proyecto de nación.
A fin de cuentas son políticos desenvolviéndose en un país emergente, y no son precisamente lo que se llama estadistas.
López Obrador busca a como de lugar el voto de los pobres, porque sabe que son muchos.
Y los desaires que le ha hecho a varios grupos de empresarios y ejecutivos financieros no obedece a otra cosa que a una estrategia de campana., porque lo que se busca en este momento es ganar, y nada más.
He leído algunas entrevistas que López Obrador ha dado a firmas como Credit Suisse ,Royal Bank y Dutche Bank , estoy seguro que le sorprendería como me sorprendió a mí lo que leí.
Hasta llegue a pensar que no era el mismo López Obrador que yo conocía!
México vive sin duda tiempos de cambio, pero visto fríamente, nada de lo que digan o hagan los candidatos actuales a la presidencia, cambiara significativamente el rumbo de la historia de México, que se encuentra ya inmersa en un proceso global e irremediablemente irreversible.
luis.flores@ rbc.com