EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- Atracos, riñas y en general un ambiente de inseguridad se vive en varias comunidades del área rural debido a que varias casetas de las corporaciones policiacas que anteriormente daban vigilancia a esas zonas dejaron de operar.
Durante las últimas semanas se han registrado numerosos hechos violentos en el área rural, las balaceras han estado a la orden del día sobre todo durante los fines de semana dejando como saldo varios lesionados, temor entre quienes habitan en los ejidos y varios prófugos de la justicia.
Por otro lado también ha habido robos de utensilios y piezas de máquinas usadas para trabajar la tierra, mismos que hasta el momento siguen impunes. Por ahora las zonas más alejadas del municipio sólo están siendo medianamente custodiadas por la Policía Preventiva del Estado debido a que fueron abandonadas varias casetas y ahora es más el tiempo que la Policía utiliza en recorrer largas distancias hasta el lugar donde se solicita el apoyo.
Anteriormente había una caseta cerca del ejido Buenavista por parte de la Policía Preventiva Municipal, la cual se ubicaba en Gilita, misma que dejó de funcionar cuando un policía atacó a una persona debido a que se suscitó una riña donde eran más los involucrados que los policías que estaban en el lugar.
Otra caseta de policía que fue abandonada es la que se ubicaba en el ejido Santo Niño Aguanaval y que vigilaba el lado sur del municipio, abarcando ejidos como San Julián, Santa Cecilia, Noacán, El Manantial y Pacífico. De los cinco policías que había ya no queda ninguno.
Además, la Policía Ministerial actualmente tiene problemas con las unidades que están descompuestas, pues sólo cuenta con tres en medianas condiciones de operar, mismas que el comandante Francisco Medina García, asegura que se repararán en unas semanas.
Actualmente
Sólo funciona la caseta de policía ubicada cerca de la pequeña propiedad Tierra Blanca a un lado del ejido El Manantial, misma que pertenece a la Policía Preventiva del Estado.
*La mayoría de las casetas contaban anteriormente con cuatro o cinco policías, mismos que en su momento también fueron agredidos en ejidos donde eran minoría al combatir a los participantes de las riñas campales y balaceras.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
