El Universal
MADRID, ESPAÑA.- Lleva 44 años sobre los escenarios, ha grabado 90 discos cantando en español, italiano, francés, alemán, inglés y japonés, ha logrado 326 discos de oro y 49 de platino y es el único artista que ha recibido un disco de uranio tras conseguir vender 50 millones de copias de uno de sus trabajos:
Raphael Ayer, hoy y Mañana. Tras tres años sin grabar ningún disco -pero sí un Grandes Éxitos-, Raphael regresa con Cerca de Ti, un álbum en el que interpreta temas de Enrique Bunbury, Manuel Alejandro, Antonio Martínez Ares, Roberto Livi y Jacobo Calderón.
?Este disco ha salido incluso mejor de lo que yo esperaba. Yo pensaba que iba a ser una cosa digna, pero no que fuera a calar tanto en el público, alcanzar un nivel tan alto, que se hiciera tan definitivo en mi carrera como lo está siendo. Después de un largo periodo en que no encontraba la misma energía, no me lo podía imaginar. Estoy muy sorprendido, agradecido y muy contento?, aseguró hoy en entrevista.
Cerca de Ti (EMI) contiene 15 canciones, 13 nuevas y dos rescatadas: Ni tú ni Yo y Cómo han Pasado los Años, entre las que hay desde boleros, hasta swing andaluz, tangos, flamenco y chancon francesa y, como siempre, un canción dedicada a México y un guiño a José Alfredo Jiménez.
?En todos mis discos hay una canción dedicada a México, un tema que huele a México. Y en este se llama Que Viva la Novia, que está padrísima?, añade con acento mexicano. ?Y por supuesto también hay guiños a José Alfredo porque es un grandísimo artista, es ?el más México? que yo conozco, junto a Agustín Lara?. El artista irá el próximo mes de febrero a México a presentarlo.
?A México he ido fácil 200 veces, es una tierra que adoro y ellos lo saben, hasta he vivido ahí, en el Distrito Federal durante los años 1975, 1976 y 1977. No todo el año, pero sí temporadas largas, hasta tenía mi casa y mis hijos iban al colegio allí?, recuerda.
Dice que México es su casa y que del país le gusta todo. ?El carácter de la gente, la comida, las canciones, el aire, el acento, la generosidad de los mexicanos. Allí me siento en casa, me siento muy querido, es como si estuviera aquí, no noto que estoy en un país extranjero, aunque en eso también tiene que ver que llevo viajando desde que tengo 14 años y me he acostumbrado a todas las idiosincrasias de los diferentes públicos y no me siento extranjero en ningún lado y menos en México?.
Raphael todavía recuerda su debut en el año 1967 en la sala El Patio. ?Fue un éxito. Un éxito que afortunadamente se ha repetido año tras año tras año. ?Fueron unos años muy felices. Conocí a María Félix a Cantinflas a Dolores del Río a Armendáriz. Todos fueron grandes amigos míos, iban a verme cantar pero también venían a mi casa y yo iba a las suyas. Cantinflas era un ser extraordinario. Me vino a ver varias veces a Madrid, también era muy amigo de mi mujer?.
Unos éxitos que se repitieron infinidad de ocasiones aunque nunca llegaron a igualar lo ocurrido en el paseo de La Alameda, cuando Raphael decidió que cantaría allí gratis. Una aventura que le valió el apodo de ?el torbellino de la Alameda?. ?Yo cantaba en sitios muy exclusivos pero un día decidí que quería que me viera todo el pueblo, cantar gratis, así que me presenté a cantar en La Alameda?, recuerda entre risas.
?Fue una locura, no pude cantar, no me dejaron, fue tal la que se formó que me tuvieron que sacar los de seguridad. Llegué a empezar una canción pero había gente por todas partes, hasta subidos a los árboles, y se empezaron a echar encima los unos a otros y para evitar que nos pasara algo a todos, me sacaron. Nadie se imaginaba que iba a ir tanta gente y si te digo la verdad, pase mucho miedo?, añade.
Pese a ello, el artista está convencido de que ?pese a que fue un día irrepetible, cualquier día lo voy a repetir. No en La Alameda, pero sí en algún sitio en el que todo México me pueda ver?, explica.
Pero además de actuar en sitios exclusivos y no tan exclusivos, el artista también vivió en México el rodaje de una película titulada ?El golfo?. Fue en 1968 y estuvo llena de anécdotas. ?La más curiosa fue que para conservar el bronceado tomé demasiados rayos Uva, me pasé de rosca y me quemé la cara, y el rodaje se tuvo que retrasar tres meses?, recuerda. Pese a todo ?el rodaje fue muy padre?.
A Raphael le gusta recordar, aunque dice que prefiere los momentos que van a venir porque los pasados, pasados están. ?Siempre miro al futuro, y siempre lo he mirado, esa es una de las razones de mi vigencia. Nunca digo: yo fui, yo hice, siempre digo, yo voy a hacer?.
