EFE
JERUSALÉN, ISRAEL.- El actor estadounidense Will Smith ha causado sensación en el Muro de las Lamentaciones de la ciudad vieja de Jerusalén, donde, según manda la tradición, depositó un papelito con un deseo en los intersticios de las enormes piedras del milenario vestigio.
Smith, quien intentó pasar desapercibido en su visita a Israel, que se prolongará hasta el próximo domingo, tuvo que ser custodiado por varios escoltas privados, que intentaron en todo momento permitirle el acceso y la salida al lugar más sagrado del Judaísmo.
Y es que poco después de que trascendiera que el actor se encontraba en Tierra Santa, una marea de fotógrafos se agolparon en la parte destinada al culto de los hombres en el Muro de las Lamentaciones, para captar las imágenes de Smith introduciendo su deseo.
El actor, conocido desde la década de los noventa por protagonizar la serie cómica El Príncipe de Bel Air (The Fresh Prince of Bel Air), visita de forma privada Israel acompañado por su mujer Jada Pinkett y sus dos hijas.
Tocado por una boina blanca de hilo y luciendo una camisa celeste de rayas, Smith se mostró sonriente a la vez que sorprendido ante la expectación creada por su visita.
El actor, intérprete entre otros filmes de Men in Black, Independence Day o Alí, ha causado tal interés, que, según señala la edición electrónica del diario popular israelí Yediot Ajaronot, en breve se mostrarán las fotos de los albornoces y toallas de ducha que Smith ha utilizado durante su estancia en el mítico hotel Kin David de Jerusalén.
Él se invita
Nunca recibió una invitación, pero eso no le impidió al actor Will Smith asistir accidentalmente a la ceremonia del bar mitzva de un niño israelí en el Muro de los Lamentos de Jerusalén.
Atir Cohen, de 13 años, estaba concentrado leyendo su Torá cuando escuchó gritos y vio a unas muchachas que se empujaban contra la muralla que separa a los hombres de las mujeres en el sitio sagrado de Jerusalén, para ver a la superestrella de Hollywood.
?Al principio no sabía qué pasaba?, expresó Cohen. Smith, que también es cantante, compensó la interrupción de la ceremonia dándole la mano al niño y posando junto a él para una fotografía.
Rodeado por guardaespaldas, Smith se acercó a la muralla y colocó una plegaria escrita en sus grietas, siguiendo con la tradición.
Junto a su esposa Jada Pinkett Smith, Smith luego recorrió un túnel subterráneo al lado del muro. La visita fue guiada por Shmuel Rabinovitch, uno de los rabinos principales del lugar, que dijo que la pareja tomó notas y oró durante varios minutos.