100 Años espectaculares
Las páginas del periódico desprenden los aromas y los ambientes que se vivieron en cada momento; esde la emoción que embargaba a la sociedad lagunera al asistir a la premier de la cinta Los Tres Mosqueteros (en el Teatro Princesa el 27 de agosto de 1922), hasta el derroche de tecnología de que gozan actualmente los espectáculos nacionales e internacionales que visitan la región. Torreón está cumpliendo cien años como ciudad; en su historia han sido escritas grandes batallas y momentos, pero también la intensa actividad artística que aquí se ha desarrollado; incluyendo las fastuosas noches de ópera, las caravanas y carpas, las visitas de artistas de la época de oro del cine nacional y en los últimos años, de los grandes y espectaculares conciertos. El Siglo de Torreón ha sido testigo de cada uno de estos eventos, en sus páginas ha capturado la historia de una sociedad que siempre se ha visto motivada por las artes y que ha encontrado en ellas un incentivo en su vida.
1900-1927, de Villa a Ciudad... que inicie el show
Corría el año de 1900, la entonces Villa de Torreón requería lugares de esparcimiento. Crónicas verbales transmitidas por los viejos hablan del capitán máximo Magallanes como el primer organizador de diversiones populares, que hacía verdaderos prodigios de ingenio para dar variedad y atraer la curiosidad de los vecinos. El lugar de sus espectáculos era un corralón ubicado en lo que ahora es la calle Valdés Carrillo, y justamente en el sitio donde está establecida la Casa Eléctrica, en el poblado llamaban a ese lugar La Plaza de Toros y se efectuaban remedios de la fiesta taurina, pero se transformaba en palenque de gallos, pista de carreras, lienzo de jaripeo, tablada de baile y farsa, anillo pugilístico o ruedo de acrobacias, siempre con satisfacción para el bolsillo de Magallanes y beneplácito de la gente... Los años pasaban y las necesidades de la sociedad eran cada vez más grandes. Hubo durante algún tiempo una plaza de toros provisional, frente al cuartel de la fuerza federal; y de la que era empresario don Francisco de Arzave. El día ocho de julio de 1901 se inició la construcción de la mejor plaza de toros que ha tenido Torreón y que fue una de las mejores de la República, haciendo la obra de ingeniería el profesionista don José Farjas, bajo el consejo taurómaco del célebre Saturnino Frutos “Ojitos”, el maestro de Gaona. El estilo arquitectónico siguió los lineamientos de la Plaza de Madrid, su costo fue de 50 mil pesos y tenía capacidad para seis mil personas. El día 20 de enero de 1902 se inauguró la plaza actuando como matadores el famoso diestro sevillano Antonio Fuentes y el valiente Nicanor Villa, “Villita”. De aquel bello circo taurino sólo queda la alta pared circular que sustentaba las localidades; se ubicó en la última calle Poniente de la Avenida Morelos. El cine y las carpas fueron los primeros espacios de entretenimiento en la ciudad en las primeras décadas del Siglo XX. La Carpa Torreón, frente a la Plaza de Armas, la Carpa-Cine Pathé, en la calle Cepeda y la Carpa Imperio, en la avenida Matamoros, ofrecían espectáculos como revistas musicales y obras de teatro. La Carpa Torreón dio paso al Teatro Princesa después convertido en cine. El Cine Nazas surgió en los terrenos de la Carpa Pathé. En 1917, luego de la Revolución, los circos y espectáculos volvieron a cruzar el país. En septiembre de 1917 llegó la “flamante compañía de zarzuela del empresario Francisco Peña”, que se quedó hasta el 15 de diciembre en la ciudad presentando variedades y espectáculos. En la carpa Torreón se presentaban zarzuelas como La Viuda Alegre. Las carpas o salas acondicionadas se fueron convirtiendo en un sitio de reunión frecuente, debido a las condiciones que este mismo imponía. Aunque las carpas Pathé y Torreón siguieron funcionando durante la época, en 1918 se inauguró un cine con más capacidad en la esquina de Galeana y Matamoros, frente a la Plazuela Juárez: El Imperio. Ahí se exhibió Santa, en lo que fue su primera versión. En 1919 la ciudad era la locura con la inauguración del Teatro Princesa, el primero de categoría en Torreón... en 1921 ocupó nada menos que el noveno lugar entre las urbes principales de México. Cuatro años después se edificó otro cinema teatro, pero éste para más de cuatro mil personas: el Royal, ambos promovidos por don Isauro Martínez, un ilustre empresario de espectáculos, originario de Zacatecas, que el siete de marzo de 1930 inauguró otro más que lleva su nombre. La proyección de películas en dichos recintos “era la onda”, mismas que se dividían en partes y rollos que se pasaban durante varios días en los que el público “tenía” que acudir, ya que se vendían abonos para que las personas pudieran ver la cinta completa. Así, el 27 de agosto de 1922 el Teatro Princesa acogió a decenas de personas que acudieron a ver el filme norteamericano Los Tres Mosqueteros (de Alejandro Dumas), con un costo en luneta de 50 centavos. Frecuentemente venían a la región a presentarse artistas extranjeros, como Los Coros Ucranianos el 22 de enero de 1923 en el Teatro Princesa, sin embargo los talentos nacionales también hicieron su aparición tal es el caso de la Ópera Mexicana Iztaccíhuatl al Teatro Royal en 1926, o el concierto de Ases de la canción vernácula el tres de noviembre de 1927, contando con la presencia de Miguel Lerdo de Tejada, Mario Talavera, Alfonso Esparza Oteo, Tata Nacho y Pedro Vargas.
1928-1947... Nace el Isauro
Cada vez era mayor el número de espectáculos que visitaba la fructífera ciudad de Torreón; la gente estaba a la expectativa de qué nuevos artistas se presentarían; el Teatro Princesa continuaba albergando desde cantantes y dramaturgos hasta pulsadores, tal como lo hizo el sábado cuatro de febrero de 1928, al presentar a Bernard y Camel: pulsadores que ofrecieron el acto El Mundo al Revés. Esa vez también hicieron su aparición los gimnastas excéntricos Alfred Et Jeannette y Greogori Novikkoff, este último un artista ruso que ejecuta bailes de su país sobre la vía invisible. Un año más tarde, también en el Princesa, La Compañía de Opereta Vienesa y Zarzuelas Española Santa Cruz, presentaron a Esperanza Iris en la opereta La Princesa del Circo. El ambiente en la ciudad era festivo ya de por sí, pero el siete de marzo de 1930 Torreón “La Perla de la Laguna” brilló como nunca al realizarse la inauguración del fastuoso Teatro Isauro Martínez. Las casi tres mil personas que pudieron ingresar quedaron maravilladas con la belleza del lugar, lo mismo que quienes se quedaron afuera arremolinándose frente a la entrada para escuchar la banda de música y admirar la hermosura del recinto. Don Isauro eligió un programa de lujo; Manuel Tamez y su gran compañía de comedias selectas, en la que la figura era la primera actriz Maruja Griffel. Alfonso Esparza Oteo (prestigiado artista gloria del arte naional) y Guty Cárdenas -laureado compositor, cancionero y guitarrista- deleitaron a los asistentes. Y a partir de entonces sólo los mejores espectáculos eran presentados a la par de la proyección de importantes películas a nivel nacional e internacional ya que desde el momento mismo de su construcción, el Teatro fue pensado como cine, siendo el primer filme sonoro proyectado Canción de Amor, con Lupe Vélez, pero sin lugar a dudas la que más causaba expectación era la segunda versión de Santa, por Lupita Tovar. Por la excelente relación que Isauro Martínez llevaba con la Metro Goldwin Meyer, le facilitaban la visita de algunos actores nacionales y extranjeros, uno de ellos fue nada menos que el increíble cómico Búster Keaton. Definitivamente el Martínez había llegado para quedarse, o al menos eso parecía, pero no sólo dicho recinto. Ya entrada la década de los 30 también se empezaban a integrar las primeras orquestas de baile de salón en La Laguna. En la década de 1940 en todos los municipios de la región prácticamente se formaron orquestas que desde entonces y hasta la década de los 60 amenizaban todo tipo de eventos sociales. Los salones de baile fueron el lugar de moda: El Centro Recreativo Social de Torreón, el Salón Mutualista, Salón Churubusco, Salón Orquídeas, El Campestre, El 2-17, El Casino de La Laguna y el Cambio Número 3, etc. En tanto, el Teatro Princesa continuaba sus actividades, el 25 de julio de 1931 presentó al inigualable Agustín Lara acompañado por Ana María Fernández, Delfina Breton, Pedro Vargas y Raúl C. Rodríguez. En 1932 la ciudad estaba celebrando sus bodas de plata, su aniversario número 25, siendo elegida como reina Ofelia Larriva Guerrero y fueron presentadas a lo largo de los días varias obras teatrales. En el transcurso de los años había mucho qué hacer y a dónde ir: conciertos, obras de teatro, y por supuesto la proyección de importantes cintas, como “En Tiempos de Don Porfirio” (con Fernando Soler, Emilio Tuero, Marina Tamayo y Joaquín Pardave) y “El Jorobado de Nuestra Señora de París” (de Víctor Hugo). Aunque había muchos lugares a dónde acudir, el Teatro Cine Royal no bajaba la guardia, y en abril de 1943 trajo en un evento de beneficencia a Jorge Negrete, quien en aquella época estaba de moda con éxitos como Ay Jalisco no te Rajes e Historia de un gran amor.
1948-1967... el florecimiento de la música
En los cincuenta la música popular se enfocó nuevamente en los salones de baile, pero esta vez completamente bajo el dominio de músicos de origen caribeño, especialmente cubanos. Varios fueron destacados, como Beny Moré, Bola de Nieve y otros, pero el más perdurable en la memoria colectiva fue Dámaso Pérez Prado, quien introdujo el mambo a México y por supuesto a La Laguna. Otros como Acerina y su danzonera hicieron bailar a la juventud mexicana al ritmo del típico danzón cubano. En 1948 Tongolele vino a dar una probadita de sus movimientos y de algo de la música cubana a la Plaza de Toros Torreón (inaugurada en 1934); la escultural mujer llegó acompañada por sus cuatro bongoseros así como por la bailarina cubana Mirtha Méndez, la vedette cómica Sussy Pérez, Arnaldo el Cubanazo y Pepe Herrada la voz de la radio; todo amenizado por la orquesta Bagdad. La Plaza de Toros se había convertido en el lugar de los grandes eventos; en ella se presentaron desde Luis Aguilar (en 1949), el exitoso Trío Los Panchos con su gran éxito Rayito de Luna, además del popular cómico del cine nacional Fernando Soto “Mantequilla”. El coloso de La colonia Moderna vio pasar a Pérez Prado, Ma. Victoria, la máxima intérprete del tango Argentino y estrella internacional de cine, Libertad Lamarque. El recinto siempre estaba a su máxima capacidad, sin embargo aquello parecía caerse el sábado tres de mayo de 1952, cuando el ídolo mexicano Pedro Infante acudió a un festival artístico pro-desayunos escolares, donde lo acompañaron Piporro, Ma. Eugenia Shilinsky y el Marichi Vargas. Las principales calles de la ciudad se habían convertido en un festín ya que él, siempre carismático y comprometido con las causas sociales, recorrió las avenidas cantando y pidiendo cooperación para la obra que sostenía la Cámara Junior. Era la segunda ocasión que el sinaloense visitaba La Laguna, pero sin lugar a dudas ésta era la más sobresaliente. Era la década de los 50, el bolero tuvo su esplendor con compositores como Agustín Lara, Guty Cárdenas y Joaquín Pardavé; y más adelante, en los 60 el rock and roll llegó a México y una serie de intérpretes aparecieron emulando grupos y cantantes británicos y estadounidenses. De esta época cabe resaltar a Los Teen Tops, Enrique Guzmán (ex-vocalista de este grupo), César Costa, Angélica María y obviamente Alberto Vásquez, quien el 22 de octubre de 1966 hizo vibrar la Plaza de Toros y la ya estrenada Arena Olímpico Laguna, junto con Elsa Aguirre, Lucha Moreno, el ballet A Go Go de las Hermanas Jiménez, Jessica Munguía y Beto Perales. Danzón, mambo, chachachá, swing y la música de Glen Miller inundaron la Comarca que escuchó y bailó estos ritmos hasta muy entrada la década de los 60. El Casino Leonístico también continuaba albergando los más importantes actores y cantantes de la época, de ahí que la presentación exclusiva de Los Polivoces haya resultado un éxito. Los precios iban de los 50, 25 y 20 pesos.
1968-1988... dan paso a la diversidad
El interés de los empresarios por traer eventos artísticos a Torreón continuaba, lamentablemente los espacios a dónde llevarlos cada vez eran menores. A finales de la década de los sesenta terminaron los mejores días del Teatro Isauro Martínez, quedando atrás los tiempos de teatro de primer nivel convirtiéndose en cine de ínfima categoría, lo que afectó en gran medida la actividad artística regional. Aún con el estreno del Teatro Mayrán (1957), se tuvieron qué recurrir a ambientes planteados para otros propósitos como los auditorios universitarios de las facultades de Comercio y Administración, Medicina y Odontología; a hoteles y restaurantes como el Río Nazas y Los Sauces, o al Auditorio Municipal, que aún sin la acústica debida, fue utilizado para presentar a la Sinfónica de Coahuila. El Teatro Alberto M. Alvarado, inaugurado en 1973, fue producto de esa sentida necesidad, la televisión fue otro elemento que contribuyó con los anteriormente citados y de forma indirecta, al deterioro del Martínez. En tanto, La Plaza de Toros seguía “saliendo al quite” y recibía el famoso espectáculo ecuestre aclamado en el Madison Square Garden en New York y triunfador 25 días consecutivos en la Arena México: Antonio Aguilar, Flor Silvestre y Toñito Aguilar. Era el sábado 31 de mayo de 1969, la concurrencia se volcaba en aplausos tras la presentación de la gran charreada y jaripeo de lujo con sus caballos educados y las interpretaciones de las canciones mexicanas que hacían vibrar el alma. Un año más tarde, el Cine Nazas y el Casino Leonístico recibieron al gran intérprete del momento Raphael, contando como “abridores” a Los Golden Stones y La Comparsa Universitaria, esta última la cual también era la sensación. A principios de la década de los 70 El Casino Leonístico era el lugar de los grandes eventos; en el 71 recibió nada menos que a la voz de la amistad e intérprete de los éxitos Mi Árbol y Yo, No Soy de Aquí ni soy de Allá Alberto Cortez, convocando a gran cantidad de personas. Sin embargo sería un año después -el sábado tres de junio de 1972- cuando el “volcán estalló” gracias al Divo de Juárez Juan Gabriel, quien había hecho vibrar a los asistentes en lo que fue un grandioso baile de gala. El recinto recibió más tarde a Juan Torres al intérprete y compositor Facundo Cabral. El elenco que visitaba la región cada vez era más diverso y afamado; pasando por estas tierras desde Vicente Fernández, Enrique Guzmán y Silvia Pinal en la comedia Sugar; Lucha Villa, Lola Beltrán, Lucía Méndez, Marco Antonio Muñiz, José José, Lupita D’Alessio, el elenco del famoso programa El Chavo del Ocho, el joven sensación Luis Miguel y Emmanuel; pero el evento que definitivamente jamás será olvidado es el concierto del que fue testigo el entonces Estadio Moctezuma el cuatro de marzo de 1983, el grupo que había llenado estadios con grandes multitudes: Menudo. Sin lugar a dudas el gran acontecimiento regional de principios de los 80, fue la reapertura del Teatro Isauro Martínez el 18 de septiembre de 1982. Habían pasado más de dos décadas desde que había sido cerrado en condiciones pésimas. Tras la lucha de alumnos de la Facultad de Ciencias Políticas Alejandro Máynez Alemán, Sigfrido Macías y José Medrano Cruz, así como decenas de personas que fueron parte importante en la recuperación, restauración y mantenimiento del Teatro Martínez, el recinto ideado por Don Isauro volvió a cobrar vida con un recital de Ofelia Medina que interpretaba poemas de Sor Juana Inés de la Cruz, convirtiéndose nuevamente en el centro cultural y artístico más importante.
1989-2007... lluvia de estrellas
En los últimos 18 años Torreón ha sido testigo de los espectaculares eventos y magníficos conciertos. Poco a poco la ciudad, y en sí La Comarca Lagunera, fue adquiriendo tal importancia a nivel artístico que los famosos ya no visitaban solamente las grandes urbes como México, Guadalajara y Monterrey, sino también estas tierras. Pese a lo malo de su acústica, El Auditorio Municipal se fue convirtiendo por su capacidad en el sitio “idóneo” para las presentaciones como la que sucediera el tres de agosto de 1990 al albergar a la nueva ídolo de la juventud Alejandra Guzmán, Luis Miguel o más adelante al dueto australiano Air Supply. La década de los 90 tuvo pocos cambios en la evolución de la música latina en general; más bien se consolidaron varias tendencias y modas que tuvieron su origen en los 80. El rock con grupos como Coda, Maldita Vecindad, La Lupita, Fobia y Caifanes se posicionaron en el gusto de la juventud que atiborró sus conciertos cuando cada quien estuvo en la ciudad, siendo el de Caifanes el seis de noviembre de 1994 uno de los más recordados ya que en ese entonces su gira El Nervio del Volcán y su éxito Afuera, era todo un fenómeno. El popular Garibaldi no podía faltar, tampoco el grupo del momento Magneto, quienes en 1993 arrancaron gritos y suspiros de las chicas que acudieron a verlos a la Plaza de Toros. Todos los cantantes de moda eran traídos a la ciudad, los empresarios sabían que esta era una plaza fuerte y ya obligada. El palenque de la Feria de Torreón, y desde 1997 el de Gómez Palacio, empezó a albergar a los grandes de la canción de este país: Ana Gabriel, Vicente Fernández, Lucía Méndez, Yuri, Pandora, Gloria Trevi, Juan Gabriel, Paquita la del Barrio y un sin fin de nombres que han hecho reír y llorar con sus temas. Los grandes de la música romántica como José José, Raúl Di Blasio, Armando Manzanero y Marco Antonio Muñiz unieron sus voces el seis de octubre de 1999 en el Centro de Convenciones. A partir del año 2000, los eventos de talla internacional comenzaron a hacerse cada vez más frecuentes: Los Fabulosos Cadillacs, Enrique Bunbury, Enanitos Verdes, Los Platters, Pablo Milanés, Consorcio, Trigo Limpio, El Puma, Ricardo Arjona, Forever Tango, Rocío Dúrcal, Village People y Los Creedence, entre muchos otros trajeron lo mejor de su música, pero también llegaron los artistas mexicanos que se pensaba no pisarían esta tierra jamás, como fue el caso de Paulina Rubio el 14 de octubre en el Palenque de Gómez en 2003, convocando apenas poco más de dos mil personas. Sin lugar a dudas las buenas obras de teatro y conciertos vinieron a reforzarse aún más con la inauguración del Teatro Nazas el dos de octubre de 2004 con la presentación del Ballet Mónaco. Se trataba del evento del año y de mayor importancia no solamente por su aportación cultural, sino por la alta tecnología con la que contaba, lo que permitiría que espectáculos de la talla de Lord of the Dance pudieran ser presentados aquí. Por las facilidades que ofrece, el Estadio de Beisbol Gómez Palacio también ha sido el protagonista de varios e importantes eventos, siendo de los más recordados los conciertos que Chayanne, Miguel Bosé y Juanes ofrecieron en el recinto; sin embargo el Estadio Revolución también tiene cosas qué contar, el diez de junio de 2005 fue testigo de la “rebeldemanía”. El grupo RBD convocó a más de diez mil personas -en su mayoría niños y jóvenesque dejaron alma y corazón al acompañar a Anahí, Poncho, Dulce María, Maitté, Christopher y Cristian. También difícil de olvidar resulta el concierto que Luis Miguel dio el ocho de marzo de 2006, pero en el Estadio Corona. Alrededor de 14 mil personas lo vitorearon y disfrutaron un gran show, al que por supuesto se hizo acompañar de su mujer Araceli Arámbula. Pero si de shows que han generado expectativa se trata, el de la intérprete colombiana Shakira fue el boom. Desde las ocho de la mañana, las personas comenzaron a llegar al Estadio Revolución para hacer filas. La artista había incluido La Laguna como parte de su tour Fijación Oral. Fue el 24 de mayo de este año, simplemente inolvidable. Y así, cada vez es más grande el libro que contiene las historias de los espectáculos artísticos que han venido a darle todavía más vida a esta fructífera región. Si esto ha pasado en los primeros cien años, imagine lo que está por venir...