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2007, el año del Gabo

Gabriel García Márquez celebrará ocho décadas de vida, cuatro de la primera edición de Cien Años de Soledad, seis de la publicación de su primer cuento y un cuarto de siglo de la recepción del Nobel.

EL UNIVERSAL

MÉXICO, DF.- Gabriel García Márquez, probablemente el escritor vivo más leído en el mundo, está lleno de festejos este 2007: mañana martes seis de marzo es su cumpleaños 80; el cinco de junio algunos aseguran que fue en mayo de 1967- se cumplen los 40 de su obra más emblemática Cien Años de Soledad; en octubre llegan los 25 del anuncio del Premio Nobel de Literatura y, conmemora además, las seis décadas de haber publicado su primer cuento, La Tercera Resignación.

El escritor y periodista, quien tanto en su natal Colombia como en México, Argentina y España es identificado por el público que ávidamente espera un autógrafo o la foto del recuerdo, ha vivido 80 años para contar el mundo a través de sus libros.

Sus obras están dotadas de milagros, fantasías, obsesiones, tragedias, incestos, adulterios, rebeldías, descubrimientos, ansia de poder, violencia, muerte y amores difíciles.

García Márquez ha contado el devenir de la historia moderna a través del periodismo; ha hechizado a través de su palabra hablada, aunque casi nunca concede entrevistas.

Gabo logró representar en una sola novela el mito y la historia, la tragedia y el amor, mediante el relato de vida de una estirpe condenada a ?cien años de soledad?.

Maestro del realismo mágico, creó un universo al que le dio un nombre altamente reconocido: Macondo, ese lugar mítico que describe al inicio de la novela como ?una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos?.

Virginia Woolf, William Faulkner, Franz Kafka, Ernest Hemingway, Las Mil y una Noches (el primer libro que leyó a los siete años), Sófocles y sus abuelos maternos son las influencias técnicas y literarias que ha reconocido. Renunció a sus estudios de Derecho en Bogotá para dedicarse a la doble vocación que ha concentrado su vida y obra: el periodismo y la literatura. El cine, podría decirse, es su tercera pasión.

París, Roma y México fueron testigos de su peregrinaje, en medio del cual creó la saga de los Buendía, junto a otros cuentos y novelas, recibió el premio Nobel de Literatura, se comprometió con causas sociales de América Latina, hizo gran amistad con personajes como Fidel Castro -lo que le ha valido cuestionamientos como el que le hizo en su momento Susan Sontag. Ha vencido un cáncer linfático que le detectaron en 1999.

Tres años más tarde, el ocho de octubre de 2002, lanzó la primera parte de sus Memorias bajo el título Vivir Para Contarla, aunque su libro más reciente es Memoria de mis Putas Tristes, que no alcanzó el aplauso de la crítica, pero sí figuró entre los más vendidos de 2004. Regresó en 1994 al periodismo, al crear la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Hoy vive entre México y Los Ángeles. Durante el cuarto Congreso Internacional de la Lengua Española (26 al 29 de marzo) en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, se conmemorará su cumpleaños y además se presentará una nueva versión de Cien Años de Soledad, revisada por el autor y con introducciones de otros destacados escritores, entre ellos Carlos Fuentes y Álvaro Mutis.

En España, personalidades políticas y del mundo cultural, además de otros ciudadanos, se sumarán a los homenajes que en distintas partes del mundo se le rinden a Gabo, hoy lunes con la lectura ininterrumpida de Cien Años de Soledad en la sede de la Casa de América de Madrid. En tanto, el autor colombiano, cuya última aparición pública que recuerda fue en La Habana, durante el aniversario en diciembre pasado de la Revolución Cubana, ha comenzado a escribir el segundo tomo de sus memorias, que se presentarán como ?fogonazos? de su vida, dijo Plinio Apuleyo Mendoza, uno de sus mejores amigos. ?Me contó que había retomado el trabajo literario de sus memorias, y en eso está?.

DIECIOCHO MESES PARA ?CIEN AÑOS...?

?La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla?. Esta sentencia incontestable con la que inician las memorias de Gabriel García Márquez, bien puede aplicarse a los 18 meses en los que el escritor colombiano se dedicó a escribir la que para muchos es la más grande novela en lengua española después de El Quijote: Cien Años de Soledad.

La historia que siguió a ese ?cataclismo del alma?, ocurrido durante un viaje a Acapulco, que le reveló a García Márquez el tono y la forma en que debía escribir un libro fraguado en su mente durante más de 20 años, posee aires tan míticos como los que recorren el universo de Macondo. Pero aunque el propio Gabo relata la versión oficial en entrevistas y un texto publicado en 2001, acaso no esté sólo en su recuento la memoria de ese proceso, sino también en los recuerdos de los entrañables amigos que lo acompañaron durante los meses de gestación de la famosa novela.

?Un día, Álvaro Mutis nos invitó a cenar porque nos quería presentar a un amigo colombiano. Esa noche llegó un señor flaquito, flaquito y muy blanco que se llamaba Gabriel, al que Álvaro le dijo: ?Cuenta, cuenta todas esas historias que traes en la cabeza y que un día te vas a poner a escribir?. Gabriel empezó a contar anécdotas que luego aparecerían, muy cambiadas, en Cien Años de Soledad?, evoca María Luisa Elío, esposa del cineasta catalán Jaomi García Ascot, y mujer a la que Gabo dedicó su obra maestra tras ver la estupefacción que le causaba la fábula de los Buendía. En 1965, García Márquez era autor de unas cuantas novelas, un puñado de cuentos y varios artículos periodísticos que le granjeaban cierta fama en el mundo literario, nada más.

?En esos años una generación literaria la constituíamos diez ó 12 gentes. Gabo se insertó en la que formábamos yo, Sabines, Fuentes, Carballido, Castellanos y Spota?, recuerda el crítico literario Emmanuel Carballo, lector privilegiado de los borradores de Cien Años... ?Gabo iba a mi casa todos los sábados con adelantos de la novela para que le diera mis opiniones. Es la única ocasión que no tuve que usar el lápiz, como decía Alfonso Reyes, por un lado y por el otro: estaba todo perfecto?. Para poder escribir, García Márquez renunció a sus trabajos en la prensa y la publicidad.

A partir de entonces sería Mercedes, su mujer, la encargada de sortear los peligros que acechan a cualquier escritor en ciernes: la renta, la comida, la familia. La compañera de Gabo logró ?créditos sin esperanzas? con el carnicero, la tendera y el dueño de la casa de San Ángel, donde la pareja vivía con sus dos hijos pequeños.

?Gabo mandó hacer una mesa de vil ocote con don Jaime, el carpintero. La pidió lo suficientemente larga para que cupieran, del lado izquierdo, las resmas de papel blanco, en medio, su Smith-Corona, a la derecha las cuartillas que iba aprobando y un cenicero que siempre estaba atestado de colillas?, cuenta la publicista y amiga íntima del escritor Bertha Maldonado, que hoy resguarda en una casa de San Jerónimo el tablón de cuatro patas dedicado a sus hijas: ?Para Aline e Irene, esta mesa en que se escribió la pin... novela. Gabriel, 1967?.

La familia García Márquez tuvo que empeñar el coche, el calentador, la batidora y cualquier objeto que pudieran aceptar en el Monte de Piedad: había días que el futuro Nobel no tenía ni para comprar papel. Fue año y medio de carencias y escritura compulsiva aderezado por innumerables veladas con los amigos a los que rehusaba pedir prestado, pero con quienes compartía los avances de sus intensas jornadas. ?Yo pasaba mucho tiempo en casa y Gabo me hablaba a cada rato, me preguntaba: ?¿Así hablan tus tías?, porque las mías hablan así¿, u ?oye, tal personaje se va de viaje, ¿cómo la vestirías??.

Lo comentábamos todo?, rememora María Luisa. Un día, Gabo vislumbró el final de la novela. Eran las 11:00 de la mañana y no encontraba a nadie para darle la noticia: casi se vuelve loco. Mandó una copia a París para que la leyeran Carlos Fuentes y Julio Cortázar; otra a Mario Vargas Llosa. Opinaron lo mismo que Álvaro Mutis, Emmanuel Carballo y el resto de sus amigos: había escrito una obra que cambiaría para siempre la literatura universal.

?Profeta en su tierra?

El colombiano Gabriel García Márquez es un profeta en su tierra latinoamericana, a tenor de lo declarado por muchos de sus colegas, que consideran que ha dado estatura mundial a las letras de la región y lo califican de ?emblemático?.

■ Sin García Márquez ?cientos de miles de lectores no habrían tocado ningún libro latinoamericano y ni siquiera sabrían que en nuestro continente existía una cultura?, dijo el mexicano Sergio Pitol, ganador del Premio Cervantes en 2005.

■ El colombiano Álvaro Mutis, ganador del Premio Cervantes en 2001, amigo personal de Gabo, subrayó que estuvo al corriente de la gestación y el nacimiento de Cien Años de Soledad, obra que describió como ?un clásico?.

■ ?Este escritor es el mejor, él es una estrella máxima, yo lo respeto, lo quiero. Y no solamente me parece el novelista que es, porque mucha gente lo llama novelista, teatrista, dramaturgo, pero él es un poeta?, dijo otro ganador del Cervantes, el chileno Gonzalo Rojas (2003).

■ La brasileña Nélida Piñón, ganadora del Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2005 y primera mujer que presidió la Academia de las Letras de su país, opinó que la obra del colombiano obliga ?a sus colegas a pensar en cosas inteligentes para tratar de estar a su altura?.

■ El uruguayo Mario Benedetti dijo que enviaba ?un afectuoso saludo para Gabo por sus fecundos 80 años, que tanto nos han enseñado?.

■ Para el peruano Bryce Echenique, lo más importante de la obra del novelista colombiano ?es la creación de un mundo en el que se refleja de manera única nuestra idiosincrasia y realidad?, con un estilo ?único, inconfundible, independiente y coherente?.

■ El ex presidente, escritor e historiador boliviano Carlos Mesa señaló que García Márquez es ?un emblema? del llamado ?boom? latinoamericano y que Cien Años de Soledad es una obra ?crucial? para definir ese momento.

■ El escritor brasileño y principal traductor al portugués de García Márquez, Eric Nepomuceno, declaró que la coincidencia de los aniversarios de Gabo en 2007 ?no hace más que confirmar su importancia capital para la literatura de América Latina y de todo el escenario literario contemporáneo?.

■ Por su parte, el colombiano Juan Gustavo Cobo Borda opinó que García Márquez es el autor del prodigioso milagro? de ?ver nacer y consolidarse ante los ojos de los lectores a todo un continente narrativo: Macondo?.

■ Otro compatriota de Gabo, Santiago Gamboa, opinó que García Márquez ?convirtió con la fuerza de su talento un rincón del mundo en territorio universal, que hoy pertenece a todos los lectores del planeta?.

■ El escritor costarricense Alberto Cañas afirmó que Gabo ?puso a la literatura latinoamericana en el escenario mundial?, al tiempo que la salvadoreña Ana Elizabeth de Cantareli aseguró que es ?un escritor para el pueblo?.

FUENTE: EFE

ALBORADA CON CAÑONAZOS

Un amanecer ?con cañonazos? despertará mañana martes a los cataqueros, gentilicio de los oriundos de Aracataca, norte de Colombia, para recordar que ese día su hijo más ilustre, Gabriel García Márquez, cumple 80 años. ?Será una alborada con pólvora. Se lanzarán 80 cañonazos de voladores de pólvora que anunciarán el cumpleaños, en un día declarado cívico? en el pueblo en el que nació el autor de Cien Años de Soledad, precisó Rafael Jiménez, director de la Fundación Casa- Museo de García Márquez en racataca.

Jiménez agregó que será ?un día de jolgorio? en el que no faltarán los desfiles de los colegios locales, un tedéum en el templo principal, ?habrá papayeras (bandas típicas de música caribeña) e incluso mariachis?. Asimismo, dijo Jiménez, se celebrará ?un encuentro de escritores cataqueros? en el auditorio de la Casa-Museo. El mismo día, a más de 800 kilómetros al Sur, en Bogotá, la ministra de Cultura, Elvira Cuervo de Jaramillo, anunciará las aportaciones gubernamentales para reparar la casa del coronel Nicolás Márquez, abuelo de Gabo y en la que pasó sus primeros ocho años de vida el Nobel de Literatura de 1982.

Todo el pueblo más los invitados participarán en la fiesta en la que desafortunadamente, y quizá ?por problemas de desplazamiento, de salud?, según Jiménez, no asistirá el homenajeado. La casa en la que García Márquez vivió esos primeros ocho años, en los que estudió en el colegio infantil local María Montessori, donde aprendió a leer y a escribir, fue declarada ?monumento nacional? por el Gobierno colombiano en 1996. Entre otros actos de cumpleaños, en su pueblo natal, se organizó una exposición pictórica regional, una presentación teatral del monólogo Diatriba de Amor Contra un Hombre Sentado, con la actriz Laura García, en el auditorio Ramón Vinyes de la Casa- Museo y un concurso de murales alusivos a la vida y obra del novelista. Tras los ?ochenta cañonazos? en una alborada musical, se oficiará una ?misa de acción de gracias? y posteriormente habrá una parada militar y un concierto con Los Niños del Vallenato, ese aire musical de la costa caribeña colombiana que no falta en las obras ni en la vida de García Márquez. (EFE)

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