BANDERAZO DE SALIDA.- Abuela: señora cuyos hijos crecieron, se casaron, tuvieron sus propios hijos, y ahora se los dejan a ella para que los cuide mientras los padres pasean. * Como tenía dinero y tiempo, el príncipe Rainiero de Mónaco vivía antes de morir entre cuidar sus jardines, su colección de automóviles antiguos, las de estampillas valiosas, y los animales que siguen en lo que era su zoológico particular. * Otra fanática de los animales, la actriz Kristie Alley, frustrada por no tener hijos, convirtió su casa en un lugar donde convive con tres conejos, seis perros, diez gatos, un mapache, seis loros y una tortuga. Ya se imaginarán a qué huele la casa de la actriz.
CURVA PELIGROSA.- Y siguiendo con la extravagancia de los ricos, la reina Isabel II de Inglaterra también tiene las suyas, y muy especiales. Cuando la invitan a cenar fuera de su palacio, siempre lleva sus propios cubiertos. Al menos no lo hace para ella sola, sino para todas las personas que comerán con ella. Poco antes de que la reina llegue al sitio donde comerá, tres de sus servidores hacen su aparición para colocar en la mesa los cubiertos reales. Cuando la comida ha terminado, esos mismos empleados recogen los cubiertos y se los llevan tan discretamente como los trajeron.
RECTA FINAL.- Y la misma reina Isabel, cuando viaja al extranjero, lleva también sus cubiertos, su propia vajilla, y grandes botellas de agua potable para beber y asearse. La vajilla, por cierto, es valiosísima, con un costo aproximado de cien mil dólares, pues fue hecha especialmente para la legendaria María Antonieta, y se conserva intacta y brillante. * Pero para extravagancia realmente insólita, la del artista danés Eric Andersen, que busca mujeres embarazadas a punto de dar a luz que acepten que él presencie el alumbramiento para captar con su pincel, y hacer lo que dice que será una colección de su obra maestra.
META.- Mini anécdota: Henry Rosenfeld, magnate del distrito del vestido en Nueva York, relataba una anécdota sobre un cortador muy fiel llamado Sam que, después de trabajar 25 años para una empresa de la misma zona, se animó a pedir un aumento de salario? ?Sam, el negocio anda muy mal ahora y no puedo darte un aumento? le dijo su jefe? ?Pero yo hago el trabajo de tres personas?, explicó Sam con toda razón? El jefe exclamó enojado: ?¿El trabajo de tres hombres? Dime quiénes son y ahorita mismo los despido?? * Pero, el objeto primordial en la enseñanza de un niño es enseñarle a estudiar sin maestro.