BANDERAZO DE SALIDA.- (Escenas de Nueva York).- Hay cuatro peligros de amenaza a neoyorquinos en estos días: los caminantes y corredores, los ciclistas, los patinadores, y los mochileros? Los caminantes y corredores se apoderan de parques, banquetas y centros comerciales en la mañana, por la tarde, y a cualquier hora del día. Son esos fanáticos del ejercicio físico que, con sudaderas, zapatos tenis, bandas atadas a la frente y radios con audífonos incrustados en los oídos, caminan, trotan o corren kilómetros, sudando, estorbando el paso a los peatones, volando por las banquetas, invadiendo los senderos para enamorados. Poseen una fiebre que los lleva a devorar distancias en toda la ciudad, y hasta en los centros comerciales donde hay señalamientos que indican las distancias.
CURVA PELIGROSA.- Diariamente, más dos mil ciclistas profesionales invaden las calles de Nueva York. No son deportistas, sino mensajeros que llevan documentos y paquetes de una oficina a otra sin importarles el fax, el telefax, el Internet y el teléfono? Estos ciclistas corren por todas partes sin fijarse en los semáforos, los peatones y los automovilistas. Surgen de pronto entre dos vehículos, llevan un silbato en la boca para anunciar su paso, y todos van provistos de radios con audífonos que les impide escuchar el claxon de los otros vehículos y los insultos que les dirigen. Todos llevan gruesas cadenas colgadas del cuello, para amarrar a los parquímetros sus ?pencos?, como llaman a las bicicletas.
RECTA FINAL.- Los peatones son otra de las plagas que asolan a la Urbe de Hierro y a sus habitantes. Son gente que goza la vida corriendo en forma temeraria y a gran velocidad en sus patinetas de cuatro ruedas, algunas como clásicos patines y otros como tablas de surf. Van protegidos con cascos, rodilleras y coderas. Muchos llevan mochilas cargadas con objetos pesados para lograr mayor velocidad. Les encanta deslizarse en las avenidas en pendiente. La fiebre por el patín es tanta, que hay oficinistas que van patinando al trabajo, donde tienen guardados sus trajes. Llegan, se cambian de indumentaria, y cuando salen de la oficina se protegen de nuevo y emprenden la veloz carrera en sus patinetas.
META.- La pregunta es, ¿qué llevan tantos hombres y mujeres en las grandes mochilas que portan al hombro? Es una fiebre y una moda, pero de cada diez personas en Nueva York, siete llevan una gran mochila a la espalda o colgada del hombro. Los accidentes abundan porque las mochileras giran a veces en forma imprevista, y golpean a quien está cerca. En muchas ciudades, las mochilas están reservadas para los escolares, pero aquí parece que la llevan todos. Una variación de estas personas, son las que llevan una bolsa más chica colgada de la cintura. Las hay de lona, plástico y cuero, y en todos los dibujos y colores. Sería interesante averiguar qué llevan esos hombres y mujeres en sus mochilas, algunas abultadas y otras muy pesadas.
