El climaterio es una etapa de la vida de la mujer con disminución de la actividad ovárica, manifestada en forma tardía, normal o temprana; con alteraciones en la menstruación, bochornos (sofocos), sudoración nocturna, sequedad vaginal, problemas urinarios, trastornos psicológicos.
Hay dos consecuencias graves provocadas por esta falla ovárica, que llevan a grandes limitaciones y hasta causar la muerte, si no se les atiende: la osteoporosis y las enfermedades cardiovasculares.
A pesar de los importantes cambios en la cultura de la mujer (entrada al mundo laboral, retraso de la maternidad, a las decisiones empresariales, mejora en la alimentación, aumento en las expectativas de vida), la edad de la menopausia natural ha permanecido estática. Como consecuencia, se espera que cerca de 1/3 de la vida de la mujer transcurra después de la menopausia.
La osteoporosis es un trastorno de deterioro de los huesos, por una pérdida excesiva del tejido óseo. Esta pérdida de masa ósea aumenta la susceptibilidad a las fracturas y microfracturas. Es un problema de salud pública mayor debido a que las fracturas y microfracturas, asociadas a ella -caderas, columna vertebral y muñecas- imponen severas restricciones a la calidad de vida (y en el caso de fracturas a las caderas, aumento del riesgo de mortalidad).
La palabra climaterio deriva del griego “klimakter” que significa “peldaño, escalón en la vida de una persona, momento difícil de superar”.
La menopausia, es un momento puntual, la última menstruación, el ovario ha dejado de funcionar, es un mero hecho biológico.
El climaterio es una crisis vital evolutiva en la vida de la mujer que transcurre entre la adultez y la vejez.
Durante la misma se producen una serie de cambios en las tres instancias: El cuerpo, la mente y el entorno social, que levan al comienzo a una desorganización que, gradualmente se va superando hasta alcanzar una reorganización de un nivel más complejo. Consideramos a la mujer como un ser histórico complejo, que está en constante intercambio con los acontecimientos de la realidad y por lo tanto, como un ser que se encuentra en potenciabilidad de cambio permanente.
Esta crisis vital transcurrirá para cada mujer de acuerdo con sus valoraciones culturales, su historia familiar, su formación educativa, la religión, la moral y la ética. Es decir que cada una resolverá esta crisis, de acuerdo con su historia personal y el entorno social que la rodee en ese momento.
La mujer es una unidad psicosomática: Quiere decir que es un todo constituido por un circuito biológico (el funcionamiento corporal) y un circuito emocional que interactúa con el anterior.
Así como el adolescente debe despedirse de su cuerpo de niño, de los padres idealizados de la infancia y de una escala de valores que necesita poner en duda para desarrollar una identidad propia, la mujer durante el climaterio deberá despedirse de un cuerpo joven, de su capacidad reproductiva; permitir la exogamia de los hijos (que ya nunca más serán niños) y hacerse cargo de sus padres que se hacen dependientes y necesitados.
Durante esta crisis la mujer debe afrontar cambios intrasubjetivos (tanto psíquicos como físicos), intersubjetivos (en sus vínculos) y transubjetivos (en lo socio cultural no piensa lo mismo una mujer de un nivel sociocultural alto, de occidente, que una mujer oriental del mismo nivel social) que generan una vivencia de desestructuración, de ruptura de una continuidad, la cual puede generar una oportunidad para acceder a una organización más rica y de mayor complejidad, elaboración mediante.
El climaterio como crisis evolutiva lleva consigo una resignificación de hechos que fueron traumáticos en el pasado. Esta carga excesiva incrementa el malestar y a veces obstruye el camino a salidas más satisfactorias.