En una acepción general, el sexo se puede definir como una condición que distingue en las diferentes especies, al hombre de la mujer y al macho de la hembra en los animales y las plantas. La integración sexual en el humano obedece a la conjunción de cinco factores: cromosómico, gonadal, anatómico, fisiológico u hormonal y psicológico o de comportamiento.
La sexualidad es el conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas propias y características de cada sexo. De acuerdo con estas definiciones, en la especie humana, cada individuo sexualmente bien integrado, está dotado y ejerce funciones relativas a la sexualidad durante toda su vida. “La sexualidad empieza con el nacimiento y termina con la muerte” y siguiendo este pensamiento tendríamos que aceptar que la sexualidad, siempre presente, exhibe significativos cambios de acuerdo con la edad o con las etapas de la vida de las personas.
La sexualidad tiene su plena expresión durante la etapa reproductiva de la mujer y de las parejas y convendría considerar, aunque sea brevemente, cuál es, a nuestro criterio, el significado de las relaciones sexuales en el humano.
Con un sentido meramente apologético consideramos tres expresiones en la relación sexual humana:
1.- Expresión de amor o afecto. Dentro de la literatura y de la historia abundan las citas afirmando que la relación carnal y en cierto sentido, la entrega corporal constituye la máxima expresión de cariño y del afecto. Entendida así, la relación sexual tendría un sentido emocional sublime, espiritual y destinado solamente los que tuvieran la suficiente capacidad interpretativa de este hecho.
2.- Búsqueda y satisfacción del placer sexual. La búsqueda del placer sexual ha provocado múltiples acciones de todos tipos en el ser humano. Algún escritor ha afirmado que “ la necesidad del placer sexual es más grande que el hambre” y la historia relata en repetidas ocasiones verdaderas hecatombes consecutivas a este hecho. Indudablemente este desideratum modula un cierto estilo de vida y no se podría negar su influencia en las costumbres, en la música, en la literatura y en la cultura de la sociedad contemporánea.
3.- Consecuencias reproductivas. Inherente a la función sexual resulta la vida reproductiva y la separación de estos dos hechos lleva al ejercicio del primero con la supresión del segundo. Esta filosofía ha culminado en la práctica universal de la anticoncepción considerando el placer sexual como un legítimo derecho y suprimiendo la consecuencia reproductiva, algo así como la liberalidad absoluta en la consecución de un fin aceptando implícitamente el uso y abuso de los medios.
Se afirma constantemente que la actividad sexual declina con la edad y es influenciada por los cambios hormonales que ocurren en la mujer durante esta etapa de la vida. La sexualidad de las personas y de las parejas depende de la integridad anatómica y funcional de los órganos sexuales y de los aspectos de integración sexual psicológica o de comportamiento.
