Aseguran que la llamada en falso fue canalizada del C-4 a la Décima Zona Militar; no tomaron en cuenta a las policías municipales y estatales.
Ninguna autoridad le ha podido dar una explicación satisfactoria de lo que ocurrió al dueño del Hotel Durango
El Siglo de Durango
Innumerables dudas y señales encontradas ha generado entre el sector empresarial el operativo militar registrado la mañana de este domingo en el Hotel Durango y sus alrededores, en el Centro Histórico de esta ciudad.
El propio dueño del establecimiento, Francisco Javier Martínez Díaz de León, señaló que hay desconcierto total sobre este hecho, puesto que ninguna autoridad le ha podido dar una explicación satisfactoria de lo que ocurrió en su hotel.
Mientras tanto, el líder de la Coparmex, Francisco Quiñones Gallegos, consideró urgente que el Gobierno convoque a una reunión de coordinación y comunicación entre los cuerpos policiacos y los representantes del sector privado.
Este diario informó ayer sobre el impresionante operativo que se llevó a cabo el domingo, entre las siete y las nueve de la mañana, en el Centro Histórico de la ciudad de Durango, donde supuestamente existía una amenaza de bomba.
En entrevista para El Siglo de Durango, Francisco Martínez, quien también es el líder de la Asociación de Hoteles y Moteles de Durango, reprochó que ha pedido una explicación a la Secretaría de Gobierno y otras dependencias, pero sin resultados hasta el momento.
“Le hablé al secretario de Gobierno, Oliverio Reza, y me dijo que él se acababa de enterar de lo ocurrido; nos mandó con el Secretario de Seguridad y con el Procurador. Dijo que ellos nos llamarían, pero no se comunican con nosotros todavía”, dijo.
Con más de 100 elementos del Ejército Mexicano, el operativo incluyó el cierre de por lo menos cuatro cruceros, luego de que, supuestamente, una comunicación anónima informó que adentro del Hotel Durango detonaría un bomba.
El empresariado local condenó que haya un vacío informativo de las autoridades ante el hecho de que las fuerzas de seguridad pública realizan operativos especiales en el interior de empresas, como ocurrió el domingo.
El dueño del Hotel Durango y vocero del sector hotelero local señaló que le parecía “muy raro” que los soldados buscaran entre la ropa y las pertenencias de los huéspedes, en vez de que se haya hecho una búsqueda más dirigida a posibles artefactos explosivos.
Como dueño de la empresa afectada por el operativo, pero también a nombre del sector hotelero, Martínez expresó que hay inconformidad ya que este tipo de eventos mandan mensajes negativos a los visitantes y a la propia ciudadanía de Durango.
Tras indicar que su establecimiento estaba al ciento por ciento ocupado en sus 80 habitaciones, debido a que fue contratado por los asistentes de un congreso de Alcohólicos Anónimos, el empresario manifestó que hay preocupación ante el riesgo de que estos operativos se generalicen sin que se informe a la sociedad qué es lo que está pasando.
El dirigente de la Coparmex, Francisco Quiñones, por su parte, manifestó que el sindicato patronal se solidariza con el hotelero Francisco Martínez Díaz de León, y al mismo tiempo exige que haya claridad sobre la actuación de las fuerzas de seguridad en el estado y sobre todo en el interior de las empresas.
El líder de la Confederación Patronal en el estado emplazó por ello al secretario general de Gobierno, Oliverio Reza Cuéllar, para que convoque a la iniciativa privada y a las corporaciones de seguridad pública, a efecto de que se logre una mayor coordinación y comunicación sobre las acciones que se desarrollan en materia de combate a la inseguridad.
“Estos hechos causan incertidumbre y desconciertan a la ciudadanía, porque no se sabe qué pasó exactamente, no hay quién dé información ni quién aclare qué es lo que está pasando”, añadió Francisco Quiñones.
Confusión
Sin embargo, la información recabada entre los empleados del Hotel Durango indica que la primera aparición de los soldados en este establecimiento fue poco después de las seis de la mañana para preguntar si había cuartos disponibles.
Después, los militares pidieron a la Recepción los registros de huéspedes; los revisaron minuciosamente y, ya al último, tras varios minutos de búsqueda, plantearon lo del operativo para la supuesta búsqueda de una bomba.
Durante la incursión en el hotel, aunque portaban protección presumiblemente especial para la búsqueda de artefactos explosivos, los soldados no desalojaron con urgencia ni a los huéspedes ni al personal.
Al contrario, por versión de algunos huéspedes que aún continúan en el Hotel Durango, se pudo saber que en todo el recorrido por las instalaciones del mismo el personal de la empresa estuvo al lado de los militares.
Por éstos y muchos otros factores se han acrecentado las dudas de que se haya tratado de un operativo en busca de una bomba, puesto que la incursión fue primero para revisar los registros de los huéspedes, luego sus pertenencias.
Empero, nunca fue claro el objetivo de desalojarlos ante el riesgo de que estallara algún artefacto.
Respecto de la presencia de un grupo canino del Ejército en el operativo de este domingo, se supo que unos segundos antes de empezar a revisar los cuartos y las diferentes áreas en el hotel, a los perros se les acercó hierba similar a la marihuana, la cual portaban los propios militares.