En los ejidos predomina el rentismo de tierras, pues son pocos los productores de vocación; otros se van al extranjero en busca del “sueño americano”.
SANTIAGO PAPASQUIARO, DGO.- Mientras aumenta el acaparamiento de tierras de gente que se aprovecha de la miseria del sector social, las autoridades agrarias “duermen el sueño de los justos”; en lugar de orientar a los ejidatarios, se convierten en su enemigo número uno, los hunden.
Tras declarar lo anterior, el dirigente estatal de la Liga de Comunidades Agrarias, Óscar García Barrón, señala que en algunas dependencias como la Procuraduría Agraria impera la cultura del “no pasa nada”, generando un clima de incertidumbre en un gran número de campesinos, desalentando la productividad.
Durante un recorrido por el municipio de Santiago Papasquiaro, muchos productores manifestaron con tristeza que las tierras ejidales están pasando a manos de oportunistas, estimulando la emigración de familias completas a las ciudades del país y el extranjero.
El problema de acaparamiento de tierra de quienes se dicen después pequeños propietarios no es privativa de Santiago Papasquiaro, lo mimo ocurre en la región de los Llanos como en La Laguna y el Valle; los ejidatarios están desalentados por el poco o nada provecho y terminan por vender sus parcelas.
Cabe señalar que en el ejido Miguel Hidalgo, del municipio de Canatlán, las tierras prácticamente ya están en manos de los ‘pequeños propietarios’, de acuerdo con los reportes de los vecinos de ese lugar, añadió Miguel Ángel Astorga, directivo de la CNC en Durango.
Otros no llegan al extremo de vender sus tierras, sino las pasan al partido o las rentan a quienes tienen capital e infraestructura para trabajarlas, lo cual está generalizado en el estado en un 80 por ciento.
El Siglo de Durango en sus recorridos por los ejidos Ignacio Allende, Ignacio Ramírez, del municipio de Guadalupe Victoria; Lázaro Cárdenas, Galeana, del municipio de Pánuco de Coronado, por mencionar algunos, ha constatado que el rentismo se eleva al 85 por ciento, dicho por los propios comisariados ejidales.
Aunado a lo anterior, se registran problemas agrarios donde –según el líder cenecista García Barrón- la Procuraduría Agraria perdió el objetivo de velar por los derechos de los campesinos, los deja a su suerte, generando otros problemas mayores como la división y la violencia.
También influyen otros factores en el abandono de la tierra: la falta de programas efectivos, sin tanto burocratismo o la despreciada tramitología que tanto desalienta a los productores, además de quienes solamente buscan alcanzar el “sueño americano”.
Pero independientemente de esos factores, García Barrón señala que la Procuraduría Agraria y la Sagarpa no deben poner oídos sordos a los reclamos y problemas del campo.
Para muestra, un botón
Algunos problemas agrarios en el estado, sin considerar todos los litigios ventilados en la Procuraduría Agraria y demás dependencias federales.
Tala inmoderada y expulsión de comuneros de Piélagos, municipio de Otáez.
Denuncia de tala e invasión del rancho Tres Molinos, municipio de Durango.
Disputa de tierras entre indígenas de Ocotán con ejidatarios de Echeverría, municipio de Súchil.
Pugna por tierras en San Pedro de Xícora con Ocotán y Taxicaringa.
Acaparamiento de tierras ejidales en todo el estado.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.