La Huída, una película acerca de un pistolero que debe cuidar un bebé con la ayuda de una chica de la vida fácil.
TORREÓN, COAH.- Corta en trama pero larga en acción... sí, La Huída es uno de esos filmes cargados de tiroteos, persecuciones, personajes buenos y malos.
Los críticos aseguran que quizá no es la número uno en su género, sin embargo sí será lo mejor que los cinéfilos verán en mucho tiempo (tomando en cuenta a Duro de Matar 4), pues además cuenta con un reparto de primer nivel protagonizado por Clive Owen, Mónica Bellucci y Paul Giamatti.
La trama que este sábado verán los lectores de El Siglo de Torreón durante la premier de La Huída, en punto de las 12:00 del día en Megamax Cinemas, girará en torno del Sr. Smith (Owen), un vagabundo que una noche mientras pasea por la ciudad encuentra a una mujer dando a luz en la calle. Comienza entonces un tiroteo y la madre muere, dejando al bebé en sus brazos.
Pensando que los asesinos buscaban a la madre, Mr. Smith toma al recién nacido bajo su protección y se lo lleva a la prostituta DQ (Mónica Belluci), con la que forma una especie de familia disfuncional... lo que no sabe es que los mafiosos en realidad van en busca del niño, y que todos ellos corren un grave peligro.
De esta manera, Mr. Smith y DQ lucharán contra cientos de asesinos desalmados, liderados por Mr. Hertz, con el fin de salvar la vida del recién nacido y hacer cumplir el lema de Smith: “O nosotros realmente apestamos, o este tipo es realmente muy bueno”.
Los actores Stephen McHattie y Greg Byrk también forman parte de actores que participa en la película escrita y dirigida por Michael Davis y producida por Susan Montford, Don Murphy y Rick Benattar. El soundtrack es para los amantes del rock y heavy metal, no hay una sola secuencia de acción que no vaya acompañada de algún grupo como Motorhead, eso basta para hacer feliz a cualquier aficionado (o aficionada) de la acción.
Aunque las críticas no han sido del todo benevolentes, sí aceptan que la cinta merece una calurosa recomendación, acompañada con la única advertencia posible: no hay que tomarla en serio, sino reírse con ella y apreciar sus agudas observaciones sobre uno de los géneros más abusados y socorridos en el cine contemporáneo.
