WASHINGTON, EU.- La ex agente Valerie Plame acusó ayer a funcionarios del Gobierno del presidente George W. Bush de haber revelado su trabajo encubierto para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) por razones “puramente políticas” y en desquite por la oposición de su esposo, el ex embajador Joseph Wilson, a la guerra en Irak.
“En la CIA siempre supimos que podríamos ser expuestos y amenazados por enemigos externos... fue una terrible ironía que funcionarios del Gobierno (estadounidense) fueran los que destruyeron mi cobertura”, dijo Plame al comparecer bajo juramento ante el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara Baja.
La identidad de Plame, que se presentaba como consultora en energía, fue revelada en un artículo del columnista conservador Robert Novak como consecuencia, se sabe hoy, de infidencias del asesor presidencial Karl Rove y del entonces secretario de Estado adjunto, Richard Armitage.
“Sentí como un golpe en el vientre”, dijo Plame al recordar el momento en que leyó la columna de Novak, el 14 de julio de 2003.
La aparición pública de Plame ante un comité legislativo creó una enorme atención en Estados Unidos, donde su testimonio fue acarreado parcialmente en vivo por cadenas de televisión por cable aunque la ex espía dijo poco que no se supiera.
Una manifestante del grupo “Código Rosa” se posicionó de forma que su camiseta con la leyenda “Impugnen a Bush” fuera visible en pantallas.
Plame subrayó que contra lo divulgado por los aliados de la Casa Blanca, su situación era de agente encubierto y mucho menos “de conocimiento común”. De hecho, afirmó que en su empleo había colaborado en operaciones secretas en todo el mundo.
DESCUIDO Y NECEDAD
“Todos mis esfuerzos por la seguridad nacional de los Estados Unidos, todo mi entrenamiento, todo el valor de mis años de servicio, fue abruptamente terminado cuando mi nombre y mi identidad fueron expuestos irresponsablemente”, agregó. Plame dijo que la Casa Blanca y el Departamento de Estado se comportaron “descuidada y neciamente”.
La revelación de la verdadera actividad de Plame se habría debido a un artículo publicado por su esposo en ese mismo año, en el que desmentía que el Gobierno de Saddam Hussein en Irak hubiera tratado de comprar uranio enriquecido en Niger, para la fabricación de armas nucleares. Wilson precisó, además, que había hecho una investigación a petición de la CIA.
Hasta ahora, sin embargo, ni Rove ni Armitage han sido acusados y una investigación iniciada por un fiscal especial término a principios de mes con la convicción de Lewis Libby, que fuera consejero de Seguridad Nacional del vicepresidente Dick Cheney, por mentir a agentes federales y a un gran jurado.
James Knodell, director de la Oficina de Seguridad de la Casa Blana, dijo al panel legislativo que no había habido investigación alguna sobre la “filtración”.
La revelación de la identidad de agentes de espionaje estadounidenses es considerada un crimen y perseguido por Ley, pero habitualmente es realizado por disidentes y la información sobre Plame causó indignación entre los servicios de Inteligencia estadounidenses por sus implicaciones políticas.