El joven japonés confesó a las autoridades el haber decapitado a su mamá.
Un adolescente que portaba en sus manos la cabeza de su madre ingresó a una jefatura policial de Japón y confesó haberla decapitado, en el último de una serie de descuartizamientos que ha horrorizado a una nación famosa por su baja tasa de criminalidad.
El joven, de 17 años condujo a varios agentes a su vivienda de la prefectura de Fukushima, señaló a su madre, tendida en un colchón, sin cabeza, y dijo, "Ahí esta", según informó el servicio noticioso Kyodo.
El adolescente informó a la policía que decapitó a su madre en vísperas de su 47° cumpleaños, mientras dormía. Y añadió, "No importa a quien maté", según informó Kyodo. La policía confirmó el arresto.
La ciudadanía de Japón se enorgullece de sus calles seguras y su baja tasa de incidentes violentos. Pero el último asesinato ha hecho preguntarse a muchos por qué ha surgido esa nueva tendencia de homicidios, que combina la agresión más feroz con una implacable frialdad.
El año pasado, un desempleado descuartizó a su madre y colocó sus restos en diferentes baldes que rellenó con concreto y abandonó en un patio.
En enero, en Tokio, una mujer confesó haber descuartizado a su marido con una sierra, diseminando luego sus restos en diferentes partes de la capital.