El Gobierno chino aseguró ayer que el premio del Congreso de Estados Unidos al Dalai Lama y la reunión del presidente estadounidense, George W. Bush, con el líder espiritual tibetano “han dañado gravemente” las relaciones entre Pekín y Washington.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Liu Jianchao leyó un comunicado en el que calificó el galardón concedido al Dalai Lama y la reunión de éste con Bush de “descarada intromisión en los asuntos internos de China”, que, según afirmó, ha dañado los sentimientos del pueblo del país asiático.
El Dalai Lama, líder religioso y político tibetano en el exilio, recibió el miércoles la medalla de oro del Congreso norteamericano, un acto en el que estuvo presente Bush, quien el día anterior había mantenido una reunión privada con el Nobel de la Paz.
El galardón es el más alto reconocimiento que puede otorgar el Congreso de EU a un civil -nacional o extranjero- por sus contribuciones a la seguridad y prosperidad del país.
“La medalla del Congreso, la asistencia al acto de entrega de líderes estadounidenses y las reuniones de estos con el Dalai Lama violan además gravemente las normas de las relaciones internacionales y la postura de EU de respetar la política de una sola China”, añadió el comunicado.
China exigió a EU que adopte urgentemente medidas inmediatas para eliminar el “terrible impacto” de este “acto gratuito” y que deje de entrometerse en los asuntos internos chinos, aunque el portavoz declinó precisar qué tipo de iniciativas satisfarían al Gobierno chino.
Liu anunció también que el Ministerio convocó ayer al embajador estadounidense en el país asiático para manifestarle una “protesta oficial” en nombre de China.
“El Tíbet es una parte inalienable del territorio chino. Los asuntos del Tíbet son asuntos internos de China. China se opone decididamente a toda intromisión en sus asuntos nacionales”, añadió el portavoz.
Además, negó que el Dalai Lama se conforme con una autonomía para la región tibetana, como ha declarado públicamente en varias ocasiones y afirmó que todas sus acciones tienen como objetivo “la independencia del Tíbet”.
Manifestó que, desde su exilio en 1959, el Dalai Lama ha manipulado a los tibetanos en el extranjero y se ha involucrado en actividades para separar a China.