La UNESCO impulsa agenda con naciones para superar desigualdades.
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- La desigualdad social en países de América Latina como México, se ha vuelto un gran problema que deriva en el agravamiento de los bajos logros en el aprendizaje de los niños, de la reprobación y deserción, señaló María Rosa Blanco Guijarro, directora interina de la Oficina Regional de Educación de la UNESCO.
Ante esta situación, la organización realiza un monitoreo para detectar problemas y promueve el diseño de agendas regionales con la participación de todos los países miembros.
Con ello, se pretende el intercambio de experiencias y promover acciones paralelas para, por un lado, reducir las diferencias socioeconómicas y por el otro, elevar la calidad de la enseñanza.
Esto, explica, porque en algunos casos se piensa que la desigualdad debe atenderse a través de la educación. “Dejar todo a espaldas de ésta trae resultados muy limitados”, agregó.
Blanco, quien fue entrevistada en una visita a México para participar en un foro impulsado por la Organización de Estados Iberoamericanos y Fundación Santillana, destaca que se ha concluido que la educación no es una mercancía ni un mero servicio, sino un derecho humano que el Estado tiene la obligación de asegurar, proteger y promover.
“Aunque la educación en el fondo es una responsabilidad del conjunto de la sociedad, el Estado no puede delegar su responsabilidad primaria en asegurar este derecho para todos sus ciudadanos, especialmente para aquellos que más necesitan”. En tal sentido, expuso que para la UNESCO, una educación de calidad tiene cinco dimensiones: el respeto a los derechos humanos, ser relevante, pertinente, equitativa y tiene que haber una acción pública eficaz y eficiente.
Sobre la reprobación, dijo que es grave y aunque algunos países la han quitado en primero y segundo de primaria, al llegar a tercero no se resuelve la situación porque pasan a los niños sin tener la preparación necesaria. Muchos casos de repetición tienen que ver con problemas de enseñanza, destacó; hay que ver que los docentes no tienen estrategias para trabajar en la misma aula con niños con ritmos, capacidades e intereses distintos. “Es un tema más a veces de mala enseñanza y no de que los alumnos sean los de la dificultad”, destacó.
Por ello, agregó Blanco Guijarro, es necesario que los maestros estén mejor pagados para que sea una profesión más atractiva. Con ello, habrá mejores condiciones de trabajo, porque en algunos países como México, los docentes deben trabajar en dos y tres escuelas para tener un sueldo mínimo y paralelamente, capacitar a los profesores ante los vertiginosos cambios de la enseñanza. Por otro lado, dijo, la deserción se ha convertido en un desafío en América Latina, sobre todo en zonas de mayor pobreza donde no terminan ni la primaria y no tienen oportunidades laborales. Blanco Guijarro destacó la importancia de canalizar recursos a la enseñanza, pero con equidad y destacó que la asignación de ocho por ciento del Producto Interno Bruto nacional al sector, debe verse desde de cuánto es el PIB de cada país. Es decir, está bien que se marque como meta ese porcentaje porque eso obliga a que haya mayor prioridad en los presupuestos públicos para educación, pero ocho por ciento puede ser mucho para una nación con altos índices de pobreza y poco para quienes su nivel socioeconómico es mejor. Rosa Blanco comentó que en América Latina se gastan 11 mil millones de dólares anuales por la repetición en primaria y secundaria. Si ese dinero se gastara en formación de los docentes, en mejores materiales para las escuelas, o en computadoras, se lograría mejor aprendizaje, destacó. “Tenemos que dar más a quien más lo necesita, pero distribuir de manera equitativa, dando a cada quien lo que requiere y eso se tiene que hacerse desde el principio, porque muchas veces se hace una asignación plana. Es decir, se les da a todos más o menos lo mismo y luego se hacen estrategias de focalización para los sectores más desfavorecidos, pero por la gran desigualdad, son como una gota de equidad en un mar de desigualdades”,
