EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Los Guerreros no pudieron concluir su primera práctica de 2007, al invadir centenares de aficionados las canchas de Santa Rita, quienes buscaban afanosamente los autógrafos y fotografías con los jugadores.
La gran expectación que se respira en la Comarca Lagunera con la contratación de refuerzos de lujo, aunada con las vacaciones de los seguidores santistas, propiciaron que decenas de ellos, antes de las cinco de la tarde, se arremolinaran afuera de las instalaciones albiverdes.
El acceso para jugadores, cuerpo técnico, representantes de los medios de comunicación y hasta personal del inmueble fue lento, debido a que muchos espectadores, en su mayoría foráneos, querían ver de cerca a sus ídolos.
La práctica comenzó a las 17:00 horas, llegando barridos del Aeropuerto Internacional Francisco Sarabia de Torreón los jugadores Francisco Gabriel de Anda, Iván ?Guti? Estrada y Juan Pablo ?Chato? Rodríguez con maletas en mano.
Al entrenamiento asistieron los padres y el hermano del director técnico Daniel Guzmán, quienes arribaron días atrás a La Laguna para celebrar en esta región la llegada del Año Nuevo, deseándole la mejor de las suertes al ?Travieso?, para salvar a los Guerreros del descenso.
Guzmán paró un equipo muy ofensivo con Pedro Hernández en la portería, jugando como laterales Ángel Zapata e Iván Estrada, mientras que en la central estuvieron Francisco Gabriel de Anda y el argentino Fernando Ortiz.
En la media cancha se ubicaron el ?Chato? Rodríguez y Sonny Guadarrama, jugando por las bandas Daniel ?Hachita? Ludueña por izquierda y Walter ?Lorito? Jiménez por derecha, dejando en el eje del ataque a Eliomar Marcón y Matías Vuoso.
Del otro bando estaba bajo los tres postes Oswaldo Sán-chez, con la intención de atajar los embates del cuadro netamente ofensivo que presentó el timonel santista, realizando una gran salvada en tiro a quemarropa del ?Toro? Vuoso que llevaba etiqueta de gol.
La ovación de los aficionados fue general, quienes habían ingresado en orden a Santa Rita, aunque el espacio fue insuficiente en el área destinada para ellos, por lo que se colocaron alrededor de la cancha, respetando la sesión vespertina.
Casi al final del entrenamiento, los jugadores trotaron alrededor de las dos canchas del campamento santista y ahí fue donde comenzó la desbandada de aficionados, que de manera rápida invadieron los rectángulos verdes, por lo cual los jugadores optaron por entrar al vestidor, ante el desorden generalizado por los espectadores.
Había niños, adultos, bebés, personas de la tercera edad, en su mayoría foráneos, provenientes de California y Texas, en Estados Unidos, así como de Fresnillo, Ciudad Juárez, Zacatecas, Monterrey, Saltillo, Durango y Chihuahua, que pudieron observar de cerca a sus ídolos.