Pide el Pontífice rezar por su visita a Brasil, que iniciará el próximo miércoles.
El Papa Benedicto XVI afirmó ayer que América Latina es el “continente de la esperanza” para la Iglesia Católica y para todo el mundo.
Al bendecir con la oración del Regina Coeli a miles de peregrinos congregados en la Plaza de San Pedro, el Pontífice pidió rezar por su visita a Brasil, que iniciará el próximo miércoles, donde presidirá la Conferencia del Episcopado Latinoamericano.
Indicó que estará primero en la ciudad de Sao Paolo, donde encontrará a los jóvenes y a los obispos del país, además de canonizar al beato Fray Antonia de Santa Ana Galvao.
“Es mi primera visita pastoral a América Latina y me preparo espiritualmente a encontrar aquella región donde vive casi la mitad de los católicos del mundo entero, muchos de los cuales son jóvenes”, señaló.
El Papa destacó que son “tantos y múltiples” los desafíos actuales, por lo que es muy importante que los cristianos se formen para ser “fermento de bien y luz de santidad para nuestro mundo”.
La gira de Benedicto XVI por Brasil durará del nueve al 14 de mayo próximos y lo llevará por tres ciudades del sur de aquella nación sudamericana: Sao Paolo, Guaratinguetá y Aparecida.
Juran fidelidad treinta y ocho nuevos guardias suizos
Treinta y ocho nuevos guardias suizos juraron ayer su fidelidad al Papa en una ceremonia que se celebró, a puerta cerrada, en el Aula Nervi del Vaticano, situada en el Patio de San Dámaso.
La ceremonia se desarrolló, como es tradicional, con el juramento de los soldados alzando tres dedos de la mano derecha para simbolizar la Trinidad, mientras con la mano izquierda estrechaban la bandera del cuerpo.
Vestidos con los uniformes de corte renacentista e inspiración de Miguel Ángel, los 38 soldados juraron en cuatro lenguas (22 en alemán, 11 en francés, tres en italiano y dos en ladino), delante de su comandante.
Todos ellos se comprometieron a servir fiel y lealmente al actual Papa Benedicto XVI y a sus seguidores y se mostraron dispuestos incluso a “sacrificar su propia vida”.
La Guardia Suiza, Ejército encargado de proteger al Papa, es el cuerpo más antiguo del mundo y este año cumple su 501 aniversario.
Ayer, Joseph Ratzinger recibió a los 38 nuevos guardias, a los que recordó su deber de ser “buenos cristianos y soldados ejemplares” y les agradeció “por haber escogido dedicar algunos años de su juventud al servicio del Papa y de sus más estrechos colaboradores”.
