SÚCHIL, DURANGO.- La vista es muy bella al pasar por las calladas y pintorescas calles del municipio de Súchil. Los hombres platican en las esquinas, las mujeres pasean por la plaza, algunas parejas mayores caminan de frente al Sol y contados niños se asoman desde los puestos de maquinitas y videojuegos... Sólo hace falta algo en tan hermosa estampa: los jóvenes.
Y es que en un lugar en el que el comercio es monopolizado por los que más tienen, “el futuro de México” debe buscar un mejor presente en otros lugares, ya sea en la capital del estado o fuera del país.
De esta triste realidad es testiga la señora María del Carmen Reyes, quien se acerca a las seis décadas de vida, quien toda su vida ha estado en Súchil, despertando en busca de alimento y durmiendo con la esperanza de que su municipio mejore de una buena vez.
Algo nostálgica, María del Carmen recuerda que para los muchachos no hay futuro en el sitio que la vio crecer: “De chiquitos están con nosotras aquí... Cuando crecen se tienen que ir porque no tienen trabajo, buscan otra vida lejos de aquí, lejos de este atolladero.
“La principal labor para ellos no es bien pagada. Deben andar de afanadores o trabajando en súpers esperando juntar lo suficiente para irse, la situación está muy triste, parece no haber esperanza”.
Mejor ejemplo para los jóvenes no puede haber que los mismos adultos. Si no son “riquillos” como “ésos que tienen los pocos negocios que hay aquí, entonces están amolados”.
María del Carmen sobrevive con pura sopa y frijoles “y a veces tortillas porque no siempre hay”. Ella trabaja en su casa, haciendo el quehacer o bien le ayuda a una prima suya a vender ropa cuando la trae “del otro lado.
“Lo malo es que no siempre viene y uno tiene que buscar otra actividad. Hace mucho tenía yo una carreta en la que vendía frutas pero llegaron las tiendas grandes y ni la endrogada valía la pena”.
A su parecer, el municipio de Súchil necesita un buen impulso.
“Si no llegan pronto empresas, maquilas, fábricas, algo que nos active, no dudo que en poco tiempo este lugar desaparezca”.
“Mira a tu alrededor, nomás hay rebozos y sombreros. Si los muchachos se van, las muchachas nomás están esperando una oportunidad para casarse e irse a Durango o a otro lado también, no les gusta estar aquí donde nadie las ve”.
Finalmente, María del Carmen compartió un Súchil de ensueño con el que viene fantaseando desde que es joven.
“Sería un lugar en el que tienes hijos y se quedan contigo y no vuelven nomás en el ‘cajón’. En donde la población aumente en vez de ser menos y donde de gusto salir a la calle y ver vida otra vez en vez de la foto que todos los días ponen cuando sales de tu casa... Aquí está muy triste, espero que me toque ver el cambio”.
