La ansiedad es una enfermedad que requiere atención en el momento en que deteriora de manera significativa el estilo de vida, el desempeño laboral o la adaptación social del individuo.
La ansiedad puede conducir a situaciones graves en la vida; una consulta al médico especialista abre un nuevo horizonte.
Este es un buen momento para pensar con calma y tranquilidad, aprender algo sobre un problema que cada día atormenta más a los habitantes de las grandes ciudades y al cual los médicos identifican como ansiedad, aun cuando en confianza la gente le da muchos otros nombres, entre ellos miedo, angustia, pánico e inseguridad.
La cuestión no es simple, pues incluso entre quienes estudian los males mentales se dice que se puede confundir el miedo con la ansiedad, cuando en realidad se trata de emociones distintas.
El miedo, afirman, es una respuesta emotiva y fisiológica a una amenaza externa real y la ansiedad es un estado cuyas fuentes de origen son irreales. Ambos fenómenos conducen a la fatiga o agotamiento.
Ser víctima de cualquiera de estos problemas no es una condena fatal insalvable, pero requiere de atención médica. Y es que estudios e investigaciones sobre la materia dejan en claro que hombres y mujeres, en algún momento de la vida, experimentan ansiedad, un suceso que no conoce fronteras.
Sus efectos pueden ser graves, pues si se prolongan por más de un mes, llega a alterar el rendimiento de la persona en diversas áreas de su rutina.
El asunto es que se puede experimentar la ansiedad normal en la vida cotidiana, la cual suele convertirse en enfermedad cuando se presentan diversos factores, como el tiempo que se sufre, intensidad, incomodidad de una situación, entre otras.
HECHOS DE MIEDO
Los médicos consideran que es una enfermedad que requiere atención en el momento en que deteriora de manera significativa el estilo de vida, el desempeño laboral o la adaptación social del individuo.
El sufrimiento en sí mismo justifica el inicio de un tratamiento, esto es algo que se debe tener en mente y que los trastornos de ansiedad comienzan a temprana edad, los inicios del padecimiento pueden ubicarse en la adolescencia y los rangos de edad en que se concentran la mayoría de los pacientes se ubican entre los 25 y 45 años.
La mayoría de los afectados con trastorno de pánico desarrollan agorafobia, la ansiedad que se genera al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar resulta difícil o en ciertos casos vergonzoso.
El ataque a la ansiedad se puede dar mediante el empleo de ciertos medicamentos antidepresivos y otras moléculas como benzodiacepinas (BZD) enfocadas a la fase aguda.
Lo común es que se combinen uno o varios fármacos para obtener una respuesta favorable.