Al contratar servicios, asegúrate con una fianza

El producto financiero casi no se utiliza en el país por falta de conocimiento.

MÉXICO, DF.- Isabel Aguilar decidió hacer algunas reparaciones en su hogar. Pidió a un contratista que le impermeabilizara su techo, pintara toda la casa y remodelaran su baño. Esta persona le solicitó un anticipo de 50 por ciento del costo total para la “compra” de materia prima.

Los primeros días, el contratista y sus ayudantes trabajaron afanosamente en la casa de Isabel; sin embargo, al término de una semana, ya no volvieron. Isabel Aguilar perdió el dinero del adelanto, pues la dirección de la empresa no existía y no había contrato firmado de por medio entre las partes.

Para evitar esta situación, Roberto Arroyo, director de Aon Consulting y Líneas Financieras, recomendó a las personas cerrar un convenio por la prestación de servicios y solicitar una fianza a los proveedores.

“El objetivo de la fianza es que los clientes estén protegidos ante cualquier incumplimiento o fraude por parte de compañías prestadoras de servicios”, indicó.

Comentó que las fianzas casi no se utilizan en el país por falta de conocimiento, pues la gente cree que cuando alguien opta por esta alternativa es por temas judiciales o delictivos, pero no es así, pues un producto financiero que se puede utilizar para cualquier servicio.

“Es como una especie de póliza de garantía para que los proveedores cumplan con lo estipulado y en caso de que no sea así, la compañía afianzadora le paga al cliente cualquier daño”, refirió.

Comentó que si la señora Aguilar hubiera exigido a su contratista una fianza, éste hubiera acudido con una firma especializada en el tema, quien le habría hecho un estudio para investigar la solvencia económica y moral del mismo.

Con esta medida se obliga a las empresas a tener todo en regla y el riesgo de fraude disminuye, pues tienen pistas para localizarlas.

“Desde ese primer análisis, el contratista no hubiera calificado, pues no contaba con un domicilio fiscal y obviamente no tenía la calidad moral para trabajar”, manifestó.

En cambio, cuando las empresas afianzadas muestran solvencia económica y moral, las personas tienen un alto porcentaje de seguridad de que no van a ser defraudadas y en caso de ser así, la afianzadora responde, pues el contrato funciona como una especie de seguro.

Lejos de lo que se cree, las fianzas no son caras. Por ejemplo, para la construcción de un inmueble, si un cliente pide un producto de este tipo y el proveedor la contrata, ésta será por un monto máximo a 1.25 por ciento del valor total de la vivienda.

Precisó que las más costosas se dan cuando se trata de arrendamiento de maquinaria, equipo y autos, con una tasa cercana a cuatro por ciento.

Pese a ello, el precio es viable, pues por ejemplo Isabel dio un adelanto de 20 mil pesos y si hubiera contratado una póliza, lo máximo que le hubieran cobrado serían mil 500 pesos.

Según Arroyo también se puede pedir fianza por la calidad de los trabajos entregados.

Si, por ejemplo, a la señora Isabel le hubieran terminado su trabajo, qué garantía tenía de que el contratista habría utilizado materiales de calidad en la pintura, impermeabilización u otros temas.

Con una póliza a plazo, la compañía garantiza durante cierto tiempo, el trabajo que está realizando o se compromete a resarcir daños.

Arroyo destacó que hay una Ley que norma las fianzas y gracias a ésta las personas tienen la certeza de que los agentes de alguna compañía les van a dar un buen servicio.

Incluso, las personas pueden hablar a la Asociación Mexicana de Agentes de Seguros y Fianzas para ver si las compañías están avaladas por el organismo.

Afianzadora Insurgentes sugirió a las personas que se interesen en contratar este producto acercarse a compañías supervisadas por la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, para evitar malos servicios.

De acuerdo con la empresa, para aquellos clientes que ya cuentan con un contrato de este tipo, es necesario que no lo pierdan y que lo tengan a la mano, pues es indispensable para cualquier reclamo.

Glosario

Fianza:

Contrato de garantía en el que una persona que se denomina fiador se compromete con el acreedor de otra a pagar por ésta, si ella no lo hace. Se conoce también como responsiva. Depósito realizado por un acusado para asegurar su comparecencia ante los tribunales.

Fiador:

Persona que fía a otra para la seguridad de aquello a que está obligada.

Acreedor:

Toda persona física o moral que tiene derecho a exigir de otra una prestación cualquiera. Quien en un negocio entrega valores, efectos, mercancías, derechos o bienes de cualquier clase y recibe en cambio una promesa de pago o un crédito que establezca o aumente un saldo a su favor. Aquél que tiene crédito a su favor, es decir, que se le debe. Dentro del mecanismo de la partida doble, es acreedora la cuenta que entrega y da salida a algo o bien aquélla que acumula o registra un beneficio.