Las escaleras representan el buen (o mal) gusto de los arquitectos. Archivo
En forma de caracol, voladas, fabricadas en acero o en cristal; las escaleras en sus diferentes tipos y diseños son un detalle de gran importancia dentro de nuestros espacios.
Para los arquitectos significan mucho más que un medio para acceder a las áreas de otros pisos de la casa; en ocasiones llegan a ser incluso un elemento unificador o central de todo el diseño arquitectónico de una construcción.
Actualmente, algunas firmas internacionales han lanzado diferentes diseños de escaleras que rinden homenaje a las formas geométricas, a la modernidad y a la elegancia.
Ejemplo de esto es la firma norteamericana Spiral Stairs que ofrece una gran gama de diseños en los que destaca el uso del acero inoxidable y el cristal esmerilado.
La transparencia del cristal resalta la elegancia de, por ejemplo, una residencia en la que los muros blancos y el mobiliario de tonalidades sobrias sean la base de un ambiente minimalista y sobrio.
"Las escaleras representan el buen (o mal) gusto del decorador o arquitecto en cualquier espacio. Uno de los estilos que predomina actualmente es el utilizado por el arquitecto Luis Barragán, en el cual los escalones van volados, ya que surgen del muro", explicó el arquitecto mexicano Mario Carrillo.
"Otro de los materiales que dejan a un lado la idea superconvencional del barandal de forja, es el aluminio. La textura de este material es similar a la del acero inoxidable y por su sobriedad es idóneo en propuestas decorativas apegadas al minimalismo" afirmó.
Los cables de acero torcido sustituyen ocasionalmente a los barrotes rígidos y crean ambientes modernos al combinarse con la madera clara, como la haya, en los escalones y pisos.
La falta de zonas destinadas a guardar ropa, libros o blancos en las residencias modernas es cada vez más acusada, por la tendencia a construir casas cada vez más pequeñas. En éstas es frecuente que el espacio de almacenamiento provisto por los armarios de los dormitorios o las estanterías no resulte suficiente.
Sólo queda una solución: aprovechar al máximo los huecos que normalmente damos por perdidos, como puede ser el espacio que queda debajo de las escaleras.
Muchas son las funciones que se pueden dar a esta área, habitualmente inutilizada.
Además de emplearla para almacenar cosas -en cuyo caso se deberán construir un par de discretas puertas o colocar unas coquetas cortinas para ocultar de la vista los objetos o prendas ahí resguardados- es importante considerar que también puede ser una parte de la casa expuesta a la vista, por lo que no podemos olvidar su estética.
Ahí se pueden colocar piezas decorativas, plantas y hasta una elegante credenza de madera que también puede servir para almacenar multitud de objetos.
