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Alemania sin unificación: dos leyes sobre el aborto

La lucha para permitir el aborto en Alemania duró dos años hasta que en 1974, el Gobierno dirigido por Willy Brandt logró hacer aprobar una Ley que permitía el aborto en los tres primeros meses de embarazo. (Archivo)

La lucha para permitir el aborto en Alemania duró dos años hasta que en 1974, el Gobierno dirigido por Willy Brandt logró hacer aprobar una Ley que permitía el aborto en los tres primeros meses de embarazo. (Archivo)

Intentan mezclar legislaciones de RDA y RFA para legalizar el aborto. Tras largo debate, el Parlamento federal aprobó una norma de plazos que establece que la interrupción del embarazo sigue siendo ilegal.

EL UNIVERSAL

BERLÍN, ALEMANIA.- La ceremonia que tuvo lugar el 31 de agosto de 1990 en el Palacio Unter den Linden en la zona oriental de Berlín fue breve, pero tuvo una dimensión histórica para las dos Alemanias y también para Europa.

Después de un arduo trabajo que duró sólo dos meses, los representantes de los dos estados alemanes que existían entonces, la República Democrática Alemana (RDA) y la República Federal de Alemania (RFA) firmaron el Tratado de Unificación, un documento de casi mil páginas que hizo posible la unificación de los dos países el tres de octubre de ese mismo año.

“Es un día de alegría para todos”, observó Wolfgang Schäuble, quien en su calidad de Ministro del Interior de la RFA, negoció y firmó el documento. “Es un documento que tiene una dimensión histórica”, añadió Lothar de Mazière, el último jefe de gobierno que tuvo la ahora desaparecida RDA.

Es cierto, el histórico tratado hizo posible que dos países que estuvieron separados durante 40 años por una espesa e invisible cortina de acero, volvieron a unirse en paz y alegría. Cuando el Tratado obró el milagro, el tres de octubre de ese mismo año, todo el país festejó la ansiada unificación y nadie reparó, excepto algunos expertos, que el famoso tratado había dejado sin concluir un breve, pero intenso capítulo de los dos países: el delicado tema del aborto.

UNA HERENCIA IMPERIAL

A causa de la complejidad del tema y la extrema sensibilidad que despertaba el aborto en la RFA, los expertos que negociaron el Tratado de Unificación optaron por dejar en manos de los legisladores de la Alemania unificada la redacción de una Ley que legalizara el aborto en el nuevo país y señalaron que la Ley debía quedar aprobada antes de que finalizara el año 1992.

A causa de una extraña jugarreta del destino, pero quizá con un profundo trasfondo político, el régimen comunista que imperó en la ex RDA, había tenido el valor de acabar con una pesada herencia imperial que castigó, en mayo de 1871, la práctica del aborto con penas de hasta cinco años de cárcel: el famoso párrafo 218 del Código Penal.

El párrafo 218 sobrevivió a la República de Weimar y el régimen nazi amplió el castigo a la pena de muerte para quienes se atrevieran a abortar “niños sanos”. Después de la guerra, la RFA recuperó el párrafo 218, aunque sin la pena de muerte.

El nueve de marzo de 1972, la Cámara del Pueblo de la RDA aprobó una Ley que permitió a las mujeres abortar en los tres primeros meses de embarazo. La votación fue doblemente histórica. Por primera vez, una Ley no fue aprobada por unanimidad (14 diputados votaron en contra y ocho se abstuvieron), pero la nueva Ley ofreció al régimen comunista un inédito rostro moderno y progresista

El párrafo 159 del Código Penal de la RDA, que legalizó el aborto, fue rápidamente utilizado como una eficaz arma de batalla por las mujeres de la RFA. “Mi vientre me pertenece”, fue el lema que comenzó a sonar en la rica Alemania capitalista donde las mujeres, que estaban obligadas a abortar en forma clandestina, exigieron la abolición del odiado párrafo 218.

La lucha duró dos años hasta que en 1974, el Gobierno dirigido por Willy Brandt logró hacer aprobar una Ley que permitía el aborto en los tres primeros meses de embarazo. La alegría del mundo femenino duró poco tiempo. Cinco estados federados gobernados por la democracia cristiana se dirigieron al Tribunal Constitucional para dejar sin efecto la nueva Ley. Tuvieron éxito.

LIMBO JURÍDICO

Un año más tarde, los legisladores lograron introducir un nuevo mecanismo legal que hizo posible el aborto en la RFA en casos especiales. De acuerdo con la nueva legislación que modificó ligeramente el párrafo 218, las mujeres podían abortar sin temor de ser condenadas a penas de cárcel, si la vida de la madre o del niño corría peligro, si había quedado embarazada después de ser violada o si la futura madre se encontraba en una situación de emergencia social o sicológica.

Todo esto cambió en la noche mágica de la unificación. Por obra y gracia del milagro que echó abajo el Muro, las mujeres del país unificado, gracias al párrafo 159 pudieron seguir abortando sin temor a una pena de cárcel en los cinco nuevos estados federados, mientras que en el resto del país siguió prevaleciendo el párrafo 218.

Los legisladores, tal como lo exigió el Tratado de Unificación, intentaron poner fin al inédito limbo jurídico, el 26 de junio de 1992 en Bonn. Ese día, el Parlamento Federal, pudo aprobar después de un apasionado debate que duró 16 horas, una nueva reforma al más famoso de los párrafos del Código penal alemán: el 218.

Una amplia mayoría de parlamentarios aprobó una Ley que despenalizó el aborto, siempre y cuando la mujer se sometiera a un consejo legal o religioso antes de ponerse en manos de un médico. Pero un grupo de parlamentarios democristianos presentó una nueva querella ante el Tribunal Constitucional que emitió, un año más tarde una sentencia a su favor, al considerar que la nueva legislación violaba la garantía constitucional del respeto a la vida.

El largo y polémico debate en torno al aborto en Alemania concluyó en otro mes de junio, pero del año 1995, cuando el Parlamento Federal logró aprobar con una abrumadora mayoría una Ley de plazos que permite y legitima la interrupción del embarazo en las doce primeras semanas de gestación, aunque precedida por una consulta médica obligatoria con un grupo de expertos que tienen la misión de proteger la vida del feto.

El acuerdo señala que el aborto sigue siendo ilegal en el país, pero una mujer no será perseguida por la Ley si aborta en los tres primeros meses del embarazo y si presenta un certificado médico que testifique que se dejó aconsejar, por lo menos tres días antes de que un médico realice el aborto.

El texto aprobado por el Bundestag que intentó mezclar sin éxito las dos legislaciones vigentes que existían en el país antes de la unificación, señala también que el aborto no será considerado ilegal si está en peligro la vida de la madre, si existen indicaciones de una malformación del feto o si el embarazo fue causado por una violación.

“El acuerdo representa una bofetada en el rostro de la mujer de la ex RDA”, declaró la diputada Petra Blaes, al referirse a la nueva reglamentación que sigue siendo válida en el país unificado.

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