México, DF.- Las banderas “amarillas”, en señal de precaución, comenzaron a ondear en algunas de las playas del Pacífico mexicano, ante el pronóstico de oleajes hasta de tres metros de altura en algunos estados.
En Acapulco, Guerrero, una de esas marejadas ocasionó el pasado lunes olas de cinco metros de altura en la bahía de Santa Lucía, al extremo de que el agua se desbordó de su cauce y alcanzó la costera Miguel Alemán, arrastrando a ocho bañistas, reportaron autoridades.
Investigadores de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), así como Protección Civil de Chiapas y de Guerrero, coincidieron en que el repentino y elevado aumento del oleaje en las costas del Pacífico es un fenómeno habitual, de cada año, conocido como contracorriente marina ecuatoriana.
Roel Ayala Mata, responsable del área de Meteorología de la Dirección Estatal de Protección Civil en el estado de Guerrero, precisó que ese efecto se presenta todos los años y es un desplazamiento de grandes masas de agua oceánica en dirección a las costas del norte del continente americano.
“En el país, esas corrientes tienen un desplazamiento desde Chiapas y llegan incluso hasta la península de Baja California”, explicó.
Abundó que ese fenómeno se suscitará de forma recurrente y perdurará hasta mediados del otoño, en noviembre, cuando la contracorriente ecuatorial se desplaza de nuevo hacia el sur, lo que provocará el descenso en el nivel del mar.
Ayala Mata precisó que es imposible emitir una alerta oportuna a los bañistas sobre la presencia de marejadas, pues el desplazamiento del agua marina se da por debajo de la superficie del mar y se manifiesta hasta que llega a la zona de playa.
Para prevenir cualquier contingencia, los responsables de Protección Civil en las entidades costeras alertaron a la navegación a que extreme sus precauciones y en algunos casos hasta cerraron algunos tramos de playa.
En Sinaloa, el comandante del Escuadrón de Rescate Acuático de la Policía Municipal, Roberto Carreón, confirmó que se cerraron al turismo y a la navegación las playas de Brujas y Cerritos, al norte de Mazatlán, así como algunas otras.