La suerte de los agricultores se mejorará en unos años con la capitalización que otorgará la dispersión de crédito a través del Programa de Maíz y Frijol.
El Siglo de Durango
Que se cuiden los “coyotes”. Los que están acostumbrados a comprar a bajos precios sus productos a los campesinos, sobre todo frijol y maíz, pues en unos años los agricultores estarán capitalizados, gracias al Programa de Maíz y Frijol (Promaf) y a la dispersión de crédito con el que serán beneficiados.
Los problemas
Para los productores agrícolas siempre han existido dificultades al finalizar el año pues frecuentemente terminan con deudas por todos lados, ante la semilla que compraron para sembrar, ante créditos para hacer uso de infraestructura, ante financiamientos para la adquisición de maquinaria, para pagar la mano de obra y otros insumos.
Cuando los agricultores cosechan es cuando se vienen los tiempos de las deudas. Los programas de comercialización del frijol sólo amparan el 25 por ciento de la producción total, solamente para fijar un precio; sin embargo, el 75 por ciento restante está en manos de los “coyotes”, que esperan a la urgencia de dinero de los campesinos para comprarles el producto a un precio mucho más bajo. Es ahí cuando el productor pierde.
La estrategia
Para Alfredo Echeverría la desaparición de los “coyotes” será gradual. La problemática se centra en la falta de liquidez de los productores de frijol, sin embargo, ahora con la dispersión de crédito y el Promaf se da la oportunidad de establecer un fondo de garantías que al paso de algunos años será el dinero de los mismos campesinos. Así una vez capitalizados ya no necesitarán malbaratar sus productos.
Procedimiento
Del “coyotaje”.
· Generalmente no siembran, solamente están esperando los comportamientos del mercado.
· Aprovechan la falta de liquidez de los campesinos para comprar sus productos a bajos precios.
· Los “coyotes” tratan de acaparar la mayor parte de la producción a precios baratos para posteriormente sacarles jugosas ganancias.
· El “coyote” también aprovecha la falta de visión y de organización de los productores.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
