CIUDAD LERDO, DGO.- Por la puerta grande entró Álvaro Jara al gremio novilleril, luego de que el juez de plaza decidiera indultar al novillo “Calipso”, de la ganadería de Torrecilla, al considerar que había mostrado excelentes hechuras y había respondido a la exigencia del juvenil debutante.
Tras un festejo en el que toros y toreros habían dejado mucho que desear, llegó el turno para Álvaro Jara, quien se presentaba ante la afición taurina en su debut como novillero y prendió a los tendidos al recibir de hinojos al astado, para continuar con una serie de vistosos quites con el capote, que lo hicieron lucir a lo grande.
El propio Álvaro se encargó de poner dos excelentes pares de banderillas y uno más a cargo de su amigo Aarón Hinojosa, para provocar que los aplausos se desgranaran desde lo alto del graderío.
Lo mejor de la faena llegó con la muleta, al hilvanar varias series de espectaculares quites, ya bajo la luz de las candilejas del inmueble lerdense, que para entonces vivía sus mejores momentos de la jornada.
Con un toro fuerte y aún completo, a pesar del transcurso de la lidia, el juez de plaza consideró suficiente el trabajo del novillero y la entrega del ejemplar para otorgarle el indulto, ante la algarabía de algunos asistentes y el disgusto de aquellos que consideraron un fallo equivocado por parte de la autoridad.
Álvaro Jara se mostró feliz por el triunfo conseguido la tarde de ayer en la plaza lerdense y aseguró que aunque él sabía que podía lograrlo, jamás se imaginó que pudiera conseguirlo mediante un indulto.
Creo que el toro es definitivamente muy bueno y aunque yo no tengo muy desarrollada mi técnica, hice un buen trabajo y el animal se prestó para la faena.
“Me hubiera gustado torearlo aún más, el toro estaba completo y muy fuerte, pero el juez ordenó enviarlo al corral y hubo que cumplir la orden al momento”.
Jara agradeció el apoyo recibido por mucha gente involucrada en la fiesta brava lagunera y consideró haber pagado con su faena todas las muestras de buena voluntad hacia su persona y su sueño de convertirse en novillero.
UNA OREJA PARA HINOJOSA
Al lagunero Aarón Hinojosa le tocó el segundo ejemplar de la tarde, llamado “Va por ti”, que presentó un tonelaje de 350 kilos, ante el cual buscó una faena por momentos con bastante lucidez y espectacularidad, aunque el toro no mostraba continuidad en su rendimiento.
El novillero sacó a flote su talento y logró hilvanar una faena que le representó la posibilidad de ir por la oreja, y luego de un pinchazo, en su segunda oportunidad hundió la espada hasta la empuñadura para ser premiado con un apéndice.
El zacatecano Miguel Jaen, quien abrió el festejo al lidiar a “Lerdo”, novillo con 345 kilos, ante el cual ofreció poco espectáculo a los tendidos y prácticamente pasó desapercibido; llamó la atención por los siete pinchazos con la espada, en su afán por deshacerse del astado. Fue hasta el octavo intento cuando logró su objetivo.
Por su parte, el guanajuatense Mario Toledo corrió con mala suerte al tocarle el ejemplar más malo del encierro, el cual se mostró muy fuerte a su salida y en la primera parte de la faena, pero fue de más a menos hasta desentenderse por completo.
El novillo “Zeus”, con 340 kilos de peso, brincó los límites del ruedo, mientras el picador intentaba cumplir su trabajo sobre el caballo y aunque el susto no pasó a mayores, posteriormente derribó al picador de su cabalgadura.
Sin mayor interés transcurrió la lidia y Toledo mató hasta la tercera oportunidad, sin nada digno de escribir en esta jornada.
Detalles a señalar
- Un festejo anunciado para iniciar a las 16:00 horas que arrancó a las 17:00 horas.
- La cabalgadura del picador sin el peso necesario, lo que provocó mayores riesgos para el jinete al ser levantado en varias ocasiones por los novillos.
- Falta de mulillas de arrastre, lo que obligó a utilizar un vehículo motorizado para retirar los restos de los novillos.
- Cambio en la música, al presentarse una banda femenil, y aunque se incrementó la calidad de interpretación, un buen porcentaje de la música tocada no correspondía a un festejo taurino, sino a un jaripeo.