La rama magrebí de Al Qaeda se ha fijado un nuevo objetivo: golpear al sector energético en Argelia. Con tal propósito ha anunciado la creación de una brigada “encargada de destruir los oleoductos y gasoductos” de un país que vive de sus exportaciones de hidrocarburos y que es, además, el primer proveedor energético de España e Italia.
Cuando todavía se llamaban Grupo Salafista de Predicación y Combate (GSPC), los terroristas argelinos eran poco comunicativos. Desde que en enero adquirieron, con la “bendición” de Osama bin Laden, el nombre de Al Qaeda en el Magreb Islámico no cejan de publicar comunicados y colocar videos en Internet.
La semana pasada anunciaron en una de sus páginas Web una reestructuración para superar las “dificultades estructurales” que lastran su “lucha contra el régimen argelino y su Ejército asesino”. Consta de cinco medidas entre las que destaca su anuncio de poner en pie un grupo que ataque las instalaciones energéticas.
Las demás consisten, básicamente, en repartir a sus fuerzas en nueve zonas geográficas correspondientes a las demarcaciones militares de Argelia, en crear una unidad de Inteligencia encargada de reclutar combatientes, desenmascarar a los espías infiltrados en sus filas y por último, reforzar el aparato propagandístico.
A diferencia de Irak, donde los pozos petroleros están en zonas densamente pobladas, en Argelia se concentran en el sur semidesértico y son más fáciles de defender. En opinión de Porter el único punto débil de la exportación de hidrocarburos son los puertos de Argel, Orán, Arzew y Skikda todos ellos colindantes con zonas urbanas. Sólo el de Bejaia ofrece buenas condiciones de seguridad.
Argelia produce a diario 1.37 millones de barriles de crudo y al año 65 mil millones de metros cúbicos de gas. Su principal cliente es EU seguido por Italia y España. La tercera parte del gas que se consume en España es importado del vecino magrebí.