El ruido provocado por algunos juguetes o aparatos electrónicos pueden producir dolor y hasta la pérdida de la audición, debido al alto nivel de decibeles que generan.
El oído de los más pequeños es delicado, y los padres no piensan que el estruendo puede dañarlos con cierto tipo de aparatos.
Al momento de comprar juguetes o reproductores de música es necesario tener ciertas consideraciones, pues algunos de éstos no sólo provocarán los típicos dolores de cabeza a los mayores de la familia, sino que podrán dañar severamente los oídos de los niños, advierte la Federación Mexicana de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (FESORMEX).
Añade que los sonidos emitidos por algunos juguetes superan los límites de seguridad para el oído infantil, ejemplifica que un patito de hule con un pequeño silbato puede parecer inofensivo, pero si al hacerlo "chillar" éste ruido va directo al oído del niño se vuelve algo dañino para su audición.
El sonido de juguetes como el anterior, de carritos con sirenas, muñecas que cantan, armas que "disparan", walkie talkies, instrumentos musicales, los que simulan ser aparatos reales como aspiradoras o teléfonos, puede sobrepasar los 90 decibeles, y llegan a ser tan fuertes como el emitido por una podadora.
El peligro con juguetes ruidosos es mayor que lo que implica un nivel de 90 decibeles. Cuando el sonido va directamente al oído, como hacen frecuentemente los niños, el oído se expone a 120 decibeles, una dosis dañina equivalente al sonido de un jet despegando.
El ruido a este nivel se vuelve doloroso y puede provocar un daño permanente en la audición.
Por tal motivo, es fundamental que los padres revisen estos juguetes tan cuidadosamente como lo harían con los de tamaño pequeño que pueden ser tragados por los niños.
Los médicos de FESORMEX explican que la capacidad lesiva de los juguetes ruidosos depende del uso que los infantes hagan de ellos, de la distancia a la que los coloquen respecto a sus oídos y del tiempo que los utilice.
Antes de comprar un nuevo juguete, los especialistas en audición recomiendan revisar bien y escuchar qué tan alto es el sonido que éste produce; si es muy fuerte, es preferible no comprarlo.
Del mismo modo, es conveniente verificar los que hay en casa, si uno de ellos es el favorito de su hijo, intente quitarle las baterías. Con seguridad, la reacción del niño cambiará pero será mejor que permitir un daño auditivo a una corta edad.
Una extensión del cuerpo
En el caso de muchos de los niños mayores de ocho años, los objetos de entretenimiento más atractivos son los reproductores de MP3, los iPod y los videojuegos portátiles.
Todos ellos tienen como punto en común que emiten sonidos e incluso se conectan directamente a los oídos mediante audífonos diminutos.
En el caso específico de los reproductores de música, son capaces de alcanzar altos niveles de sonido durante muchas horas, con una sola carga de batería. Los usuarios arriesgan sus oídos al exponerlos hora tras hora a niveles de ruido excesivos.
Los jóvenes suelen usar los reproductores de música cuando van y vienen de la escuela, hacen la tarea, al hacer ejercicio, para comer, dormir, los utilizan casi a cualquier momento, hasta llegan a parecer una extensión de su cuerpo.
Dichos hábitos, además de aislarlos, pueden desembocar en problemas auditivos o exponerlos a peligros si no ponen atención ante el claxon de un carro, una alarma o un aviso de alguien.
Si se usan durante un trayecto, el ruido del tráfico o el bullicio de la gente obliga a que se suba el volumen para atenuar los ruidos externos. Cuando los niveles del ruido del tráfico son de 85 decibeles, el volumen del estéreo portátil puede alcanzar fácilmente niveles perjudiciales para los oídos. Por lo general, se debe dejar que el aparato auditivo soporte niveles de ruido superiores a los 91 decibeles, durante más de dos horas en un día.
Lo que recomiendan los médicos otorrinolaringólogos es que se limite el tiempo de escuchar música en los estéreos portátiles a una hora o menos al día si el nivel de sonido está a 60 por ciento del volumen máximo que alcanza el reproductor. Advierten además que cuanto más pequeño sea el auricular, más alto será el nivel de sonido soportado a cualquier volumen.