Sebastián “El Loco” Abreu es uno de los jugadores que portó ambas camisetas, la de Cruz Azul y la de las Águilas. (Jam Media)
MÉXICO, D.F.- Los más enconados rivales del futbol mexicano están peleados en la cancha, mas no con la cartera.
Cruz Azul y América, que se aborrecen en el campo, han demostrado que no son la excepción, ya que Richard Núñez, quien jugó sin dar los resultados esperados con los celestes, busco mejor suerte y su contrato al reforzar al América en el torneo de Clausura 2008.
Sin embargo, el club de Coapa se ha convertido en el cementerio del un par de ex cruzazulinos transferidos directo a sus terrenos. Se trata de Sebastián Abreu y Alberto Macías, quienes pasaron sin pena ni gloria por las huestes celestes.
Y como reza el dicho, la tercera es la vencida, así que el llamado “Súper Richard” tiene la oportunidad de ser el primer cementero en lucir sus alas con las Águilas, siempre y cuando eche mano de su talento para convertirse en la pólvora que detone la artillería azulcrema.
Sin duda, el fichaje del delantero uruguayo hizo rabiar a los seguidores azules, pues aunque su resultados en el equipo no fueron los deseados (apenas 10 juegos como titular y cinco goles en el torneo) gozaba de la aceptación de una gran parte de los fans cementeros.
Ahora, con la revancha como bandera, buscará destacar en América y dejar atrás su pasado como celeste, que estuvo marcado por diferencias con el técnico Markarián y donde se llegó a sentir como un "plato de segunda mesa".
De hecho, en la historia del balompié mexicano, son pocos los casos donde los futbolistas han podido consolidarse al fichar para el conjunto enemigo, como es el caso del portero Oswaldo Sánchez, ídolo del chiverío pese a su antecedente americanista.
En la lista de cruzazulinos que sí dejaron huella en América, aunque no pasaron de manera directa, figuran Cesáreo Victorino, campeón con la Máquina en las temporadas 71-72, 72-73 y 73-74 y con América en la 75-76; así como Adrián Camacho, quien fue bicampeón con Cruz Azul en las campañas 78-79 y 79-80 y con las Águilas en los años 87-88 y 88-89.
De noche
El defensa Alberto Macías se trepó a la Máquina dos torneos para darle solidez a la defensa. En el Invierno 2000 jugó nueve partidos, todos como titular, y vio acción 810 minutos.
En el Verano 2001 fue en ascenso con los cementeros al disputar 16 partidos desde el inicio, sólo en dos salió de cambio y acumuló mil 392 minutos.
Pero en América se cayó, con una campaña intrascendente en el Invierno de 2001 (11 juegos y 990 minutos de acción).
Otro fracaso fue Sebastián Abreu. El sudamericano, tras conseguir dos títulos de goleo, uno con Tecos y otro con Cruz Azul (donde pasó tres temporadas) se incorporó a las Águilas con la idea de ser campeón.
No pudo ser. Tras una polémica salida de la Máquina y su fichaje con el Nacional de Uruguay, regresó al América para el Apertura 2003, donde solo marcó tres tantos y jugó ocho de 16 partidos como titular.
A la inversa sí funciona
Caso curioso, pero los americanistas que se han enrolado en las filas cementeras sí han triunfado. Ejemplos sobran.
Carlos Hermosillo fue campeón con las Águilas en las campañas 1983-84, 84-85, Prode 85, 87-88 y 88-89 y con Cruz Azul en el Invierno de 1997.
Miguel Ángel Cornero fue campeón con los de Coapa en la campaña 75-76 y con Cruz Azul en las ligas 78-79 y 79-80.
Horacio López Salgado se coronó con América en la temporada 1970-71 y con la Máquina obtuvo el cetro cinco veces en fila durante las campañas 71-72, 72-73, 73-74, 78-79 y 79-80.
Entre otros jugadores que también han vestido las casacas de Cruz Azul y América están los nombres de Héctor Tapia y Agustín Manzo.
