América consiguió ayer un triunfo parco ante el Atlante por la mínima diferencia, en partido de la fecha 16. (Jam Media)
Al América, pese a obtener el triunfo, parece no importarle agradarle a su afición.
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México, DF.- Peleado con la brillantez y el buen futbol, el América derrotó 1-0 al Atlante ayer en el Estadio Azteca, en partido correspondiente a la fecha 16 y penúltima del Torneo Clausura del futbol mexicano.
El chileno Ricardo Rojas marcó el único gol del partido, a los 11 minutos, el cual fue suficiente para unas Águilas que no tienen interés alguno en agradar a la tribuna ante unos Potros que merecieron algo más de lo que les pudo dar su mala puntería.
El equipo de Luis Fernando Tena, ya calificado a la liguilla, llegó a 30 puntos en la cima del Grupo Tres, a falta de un partido para que concluya la campaña regular, y el conjunto azulgrana se quedó en 21 en el segundo sector, apenas con posibilidades de ir al repechaje.
Así, las Águilas cosecharon un deslucido triunfo más de esos que dan tres puntos, pero que no lo hacen contendiente para pelear el título mexicano ante equipos mucho más temibles como Pachuca y Guadalajara.
Bajo la etiqueta de equipo grande, se supondría que América debería de luchar por cuanto torneo se le ponga enfrente, sin embargo, es tanta su preocupación de no dejar jugar al rival, más que atacar, que la directiva debería dar al aficionado una tercera opción (por aquello de su consulta pública): abandonar tanto la liga como la Libertadores.
América no dejó su decepcionante sistema de sólo tres hombres de naturaleza ofensiva -Cuauhtémoc Blanco, Daniel Bilos y Santiago Fernández-, el cual utiliza invariablemente tanto en la liga como en la Libertadores, aún jugando en el Azteca.
Ya con el liderato del Grupo Tres asegurado, las Águilas no iban a dejar el temeroso estilo Tena, mientras que para los Potros de Hierro no era una cita sin importancia pues aspiraban a alcanzar al San Luis en el subliderato del segundo sector.
Luego de sendos disparos por bando, ambos sin consecuencias, el cuadro de Coapa se encontró con su ideal de partido, al anotar rápido, con el menor esfuerzo posible, sin necesidad de insistir y de recurrir a armas que, evidentemente, no tiene.
A los 11 minutos, Blanco mandó centro bombeado por derecha, justo a donde el chileno Rojas se levantó en los linderos del área chica, en medio de la expectante defensiva azulgrana, para girar la cabeza y anotar a la derecha del portero argentino Federico Vilar con certero remate.
Atlante trató de responder, y si no empató fue por las intervenciones del portero Guillermo Ochoa, quien poco a poco se fue convirtiendo en el jugador más importante de las Águilas.
A los 14 minutos, el uruguayo Gustavo Biscayzacú quedó solo frente a Ochoa, pero tardó demasiado en definir. El rebote quedó en los pies de Christian Bermúdez, quien intentó hacia el arco, aunque su disparo fue rechazado de cabeza por Duilio Davino casi en la línea de gol.
Poco después, el portero Ochoa llegó a tiempo para quitarle de la cabeza a Biscayzacú una pelota que se disponía a rematar en el área y todavía alcanzó a reincorporarse para rechazar un nuevo remate.
Antes del descanso, América por fin volvió a tocar la puerta de Vilar con un tiro potente de Raúl “Alvin” Mendoza, que no pasó de una mera atajada de rutina para el guardameta azulgrana.
Al regresar del vestidor, América comenzó el segundo tiempo con un nuevo aviso sobre la meta atlantista, cuando el argentino Bilos dio media vuelta en el área y el balón se dirigía al fondo de la red, pero Federico Vilar logró rechazar a una mano para alejar el peligro.
Alejandro Argüello y Cuauhtémoc Blanco fueron las siguientes preocupaciones del portero Vilar con respectivos disparos, y el “Grillo” Biscayzacú volvió a dar un aviso de mala puntería sobre la meta de Ochoa.
Paulatinamente, Atlante se mostró más ofensivo con las tres modificaciones del técnico José Guadalupe Cruz, al tiempo que América se resignó a ser arrinconado los últimos 15 minutos del partido.
Lejos de intentar algo al frente, Tena sacó a Santiago Fernández, que apenas y alcanzó a tocar algunas pelotas inofensivas, para apuntalar la media cancha con Ignacio Torres, y dejando en punta sólo a Bilos y a Blanco. Poco talento y mucho obrero americanista para mantener el resultado.
Los Potros de Hierro persistieron en su intento de sacudir las redes de la portería de Ochoa, sin embargo, el balón pasaba una y otra vez por arriba y por los lados, menos donde pudiera anidarse en el arco.
Sin contratiempos para sancionar las acciones, el árbitro Jorge Eduardo Gasso solamente mostró cartones preventivos a los americanistas José Antonio Castro y el argentino Daniel Bilos.
