El jueves pasado, como ha sido nuestra costumbre, cada dos semanas desde hace treinta y tres años, nos dirigimos al sitio escogido para efectuar la sesión comida del Club Sembradores de Torreón, atendiendo la invitación de los organizadores Gabriel Calvillo Ceniceros, Eduardo Herrera Martínez, Adolfo Garza Riveroll y Miguel Ramos Galiano, este último, propietario de ese agradable lugar identificado por las figuras de dos gallos en pelea.
Con el barullo de las voces de casi cincuenta comensales y por la disposición en ?U? de las mesas, con larguísimos brazos laterales, era difícil percibir con claridad la conversación que sostenían las personas en nuestro entorno, a la izquierda Salvador Álvarez y Saúl Gómez, por la derecha Rodolfo Castro y Pepe Toño Murra; enfrente Roberto Villarreal, Luis Amarante, Meme González, Pepe Abdo y Sergio Berlanga, sin embargo siempre se tiene la opción de preguntar lo que no se ha escuchado bien o entendido.
De repente vino hacia el grupo Ramón García y a su invitación, con bien timbradas voces de barítonos, él, Salvador, Roberto, Meme y Sergio entonaron un himno a la madre que aprendieron en los lejanos tiempos de su niñez en la Escuela Modelo, de la que fuera directora la inolvidable maestra Elvira Vargas Sosa. De haber sabido que surgiría la rememoración de ese canto, habría invitado a la comida a Germán González Navarro, condiscípulo de ellos. ¡Imagínate! Eso fue en la época del general Lázaro Cárdenas cuando fue presidente de México. Ramón hizo sus estudios primarios en Gómez Palacio en tiempos posteriores.
Por el gusto que tiene a toda referencia campirana, le platiqué a Salvador Álvarez sobre mi lectura del Martín Fierro, dejándome boquiabierto al escucharle recitar algunos de los clásicos sextetos de ese poema épico-lírico en verso octosílabo de José Hernández, libro del que Jorge Luis Borges dice en discusión: ?Creo que el Martín Fierro es la obra más perdurable que hemos escrito los argentinos?. Sus versos en voz de Salvador adquieren matices especiales.
Sabedor de que Jesús Campos, se había visto imposibilitado de asistir a la comida de la amistad por motivos de trabajo, lo abordé y le pedí detalles de ello, platicándome que a invitación expresa había acudido a una magna asamblea promovida por una de las principales instituciones financieras del país, donde se presentaron temas y personajes de relieve mundial y nacional, de lo que destacó la presencia del Lic. Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de la República Mexicana y de los presidentes de El Salvador, Honduras, Guatemala y el vicepresidente de Panamá. También estuvieron presentes el Lic. Guillermo Ortiz, Gobernador del Banco de México y Mr. Robert E. Rubín, ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos. Así que ya sabrás en las danzas que anduvo el buen Chuy Campos, eficaz y sonriente presidente de nuestro club.
