Lamentablemente iniciamos nuestra columna con notas luctuosas por la desaparición física de una gran dama, doña Elvira G. de Livas, integrante distinguida del Comité de Damas del Club Sembradores de Amistad de Torreón al cual ingresó en 1962, junto a su esposo don Juan F. Livas.
Reseñar el desempeño altruista de doña Elvira en todas las instituciones a las que perteneció ocuparían muchas páginas, sin que quizá hiciéramos justicia plena a sus muchos méritos, pero basta saber que su trayecto por esta vida fue pleno de realizaciones en bien de su prójimo. Descanse en paz.
Igualmente damos nuestro pésame más sentido al Lic. Braulio Manuel Fernández Aguirre y a Cristina su esposa –de quienes fuimos colaboradores en 1982 varios miembros del Club Sembradores durante los festejos Torreón 75- por el deceso de doña Lucía F. de Fernández Aguirre, dama que deja profunda huella de su paso, por cuanto se preocupó en proteger a la niñez desvalida y en general del bienestar de sus semejantes Hacemos extensivas nuestras condolencias a don Braulio Fernández Aguirre.
“...Cada día que muere renace con la aurora,
las estrellas se apagan y resplandece el sol;
la noche enciende trémula su luz de plata;
el día oscila iluso su gran farol de oro
¡y tras desfalleciente serenata,
pájaros y campanas dan su júbilo en oro!
Y así se va la vida entre sombras y luz...
y tú, que estás en medio,
tú mortal, ¿qué haces tú?”.
Como filosóficamente dice el poeta y periodista Samuel Ruiz Cabañas en Scherzo, tercer movimiento de su poema Sinfonía Optimista.
Nosotros por nuestra parte seguimos preparando el terreno para abrir brechas y hacer surcos para la siembra de amistad, esa siembra que tenemos por misión como miembros de un club cuyas finalidades son promover la amistad y servir a la comunidad.
Cumplir también la misión encomendada a nosotros de trasmitir a ustedes amigos sembradores e ignotos lectores, todo cuanto acontece en nuestro entorno, en nuestras actividades sociales y de servicio, como medio preciso de estrechar los lazos amistosos que nos ligan, tal como fue en la sesión comida organizada el jueves pasado por Rodolfo Castro, Pepe Villarreal, Cándido García, Antonio López B. y Poncho Macías con la casa llena y los gallos, característicos del lugar, “quiquiriquiando” de alegría.
