¿Tú juegas al billar? ¿No? Yo tampoco, pero dicen que lo máximo en ese juego es la carambola de tres bandas. Pues eso es precisamente lo que los Sembradores hemos realizado en cuanto a la formación de nuevos clubes, pues has de saber que allá en los principios de los años ochenta, el Club Sembradores de Torreón, propició que se fundara el Club Sembradores de La Laguna. En los años noventa, el Laguna apadrinó al Club Sembradores Nazas y éste a su vez, ya entrados los años del Siglo 2000, lo hizo con el Club Amigos del Desierto. En el pasado mes de noviembre nuevamente el Club Laguna, con la entusiasta colaboración de todos los miembros de su mesa directiva, comandados por Mauricio Cepeda Ruvalcaba, por arte mágico hizo la aparición del Club Sembradores Comarca, acto protocolizado ante notario público. Este club que es el quinto en la Comarca Lagunera, a diferencia de los demás, está formado en la mayoría por jóvenes profesionistas, solteros casi en su totalidad y al frente de ellos estarán Mauricio Cepeda Hernández, como presidente, Iván Obeso Reed como tesorero y Alfonso Campa García como secretario.
A estos nuevos amigos sembradores les paso al costo algunos conceptos que integran nuestro Credo Sembrador.
El Sembrador cree y reconoce la existencia de un Ser Supremo, origen y motivo de cuanto existe en el universo y de quien recibió gratuitamente la existencia.
Cree y acepta plenamente su naturaleza humana, sus atributos y responsabilidades para consigo mismo y con la sociedad en que vive.
Cree, defiende y proclama su derecho a la libertad, a la seguridad, a la prosperidad, a sus creencias y al derecho de resistirse a quien le oprima o trate de limitar o conculcar esos derechos.
Cree y respeta los derechos de los demás que no lastimen o agravien sus propios derechos consciente de que vive y participa en una sociedad que tiene normas y leyes para resolver diferencias.
Cree y participa de las actividades y responsabilidades que le impone su convivencia humana.
Cree y practica sus creencias religiosas, pero respeta y acepta las creencias ajenas, consciente que nadie es poseedor de la verdad absoluta, ni debe ser juez de las creencias de los demás.
Cree y apoya incondicionalmente a la familia como centro único de amor y comprensión humana y factor respetable y respetuoso de la paternidad y maternidad creadora.
Cree y promueve la educación como elemento indispensable en la realización de las aspiraciones de nuestro ser pensante y salvaguarda de sus derechos naturales y humanos.
Cree y participa en la responsabilidad social de solidarizarse y promover a quienes no han sido bendecidos por los dones y oportunidades que él ha recibido.
Cree en y practica la amistad como expresión sincera del afecto que sus semejantes le inspiran cuando creen y viven los mismos principios que él profesa y está dispuesto a dar y darse a ellos sin esperar nada en reciprocidad.