La caja negra del Boeing 737-400 en el que ayer perdieron la vida 21 personas al incendiarse cuando aterrizaba en el aeropuerto de Yogyakarta, en la isla de Java, será analizada en Australia, confirmó hoy la aerolínea estatal Garuda, la propietaria del avión.
El subdirector de la Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte (ATSB, siglas en inglés), Alan Stray, indicó a través de la emisora de radio australiana ABC que estudiarán la caja negra, compuesta por dos grabadoras, en sus oficinas en Canberra.
Stray explicó que una de las grabadoras quedó calcinada en el incendio, pero esperan que una vez procesen su información por ordenador se pueda determinar a qué velocidad viajaba el avión en el aterrizaje y el contenido de los últimos 30 minutos de trasmisiones radiofónicas de los pilotos.
Canberra cuenta con una gran coordinación con Yakarta en situaciones de desastres humanitarios, especialmente desde el atentado terrorista ocurrido en la isla indonesia de Bali el 12 octubre de 2002, en el que 88 de las 202 víctimas mortales eran australianas.
De los diez australianos que viajaban en el Boeing siniestrado, cinco siguen desaparecidos: la representante en Yakarta de la agencia de cooperación internacional australiana, AusAID, Allison Sudrajat; la portavoz de la embajada australiana en Yakarta, Liz O'Neill; el periodista del rotativo australiano Australian Financial Review, Morgan Mellish; y los agentes de la policía Brice Steele y Mark Scott.
Australia ha enviado ayuda médica a Yogyakarta, a la vez que repatriaba a Darwin (norte), de entre los supervivientes, a la periodista Cynthia Banham a Perth y a los funcionarios de Defensa Kyle Quinlan y Michael Hatton a Darwin.