Las personas que padecen anorexia dicen estar inapetentes, tiran la comida a escondidas, la escupen, la sacan de la boca, la despedazan, comen lento o bien se niegan a comer.
El mundo es sacudido por una moda letal, la extremada delgadez, que en numerosos casos se convierte en una condena mortal.
Afecta a gente de todas las edades, pero principalmente jóvenes, a personas que consideran que el éxito personal y la aceptación radican en el hecho de estar delgadas y un “peso ideal” que siempre está por debajo del promedio.
Su aparición se da al final de la infancia, durante la adolescencia o al comienzo de la juventud.
La sicóloga Yolanda del Rosario Dávila Estrada explica que son gente que “cada vez baja más y más de peso” y los métodos de los que echan mano son restricción alimentaria, ejercicio extenuante y por arriba de lo saludable, purga o uso de laxantes y diuréticos, la realización de enemas y/o producirse el vómito.
La información es valiosa, comenzando por saber que de acuerdo con los criterios de diagnóstico aceptados internacionalmente, “la anorexia se caracteriza por un deseo intenso de pesar cada vez menos, un rechazo a mantener el peso corporal igual o por encima del valor mínimo normal con base a la edad y talla”, agrega.
Quien la padece sufre “un gran miedo, que raya en lo irracional, al hecho de estar obeso, así como una distorsión de la imagen corporal. Un ejemplo de tal distorsión es cuando una chica se mira al espejo y se percibe más gorda de lo que en realidad está”.
La especialista llama la atención sobre que la anorexia puede aparecer al final de la infancia, durante la adolescencia o al comienzo de la juventud. Indica que ha aumentado de forma alarmante en los últimos 50 años debido a la cultura del cuerpo, que impone estar delgado.
Dávila Estrada precisa que cuando la anorexia “se da al final de la infancia puede que se retarde el desarrollo; esto es que en las mujeres no haya crecimiento de mamas y no aparezca la menstruación (amenorrea primaria); en los hombres persisten los genitales infantiles. Cuando se da en mujeres jóvenes, que ya han presentado la menstruación, puede que se ausente (amenorrea)”.
EL LADO OSCURO
Las personas que la padecen, señala, “intentan mantener oculta la conducta de rechazo hacia la comida”, dicen estar inapetentes, tiran la comida a escondidas, la escupen, la sacan de la boca, la despedazan, comen lento o bien se niegan a comer.
“Si la dieta no es suficiente para mantener el peso deseado, pueden recurrir al uso y abuso de pastillas para quitar el apetito y/o a las ya mencionadas conductas de purga”, advierte.
Otro cambio de conducta tiene que ver con la hiperactividad, cuya finalidad es siempre reducir peso. Por ejemplo, dejan de usar transporte y caminan, no usan ascensores sino las escaleras, se la pasan paradas casi todo el día, acuden al gimnasio, toman clases de danza o de una y otra forma se mantienen en movimiento.
La anorexia, indica, “coexiste con ansiedad, básicamente con relación a la cocina, a los alimentos y a engordar. También puede haber sentimientos tales como tristeza, aislamiento, culpa y conductas como el llanto y/o insomnio”.
La sicóloga advierte que quienes padecen este mal sufren un deterioro de la salud general, así como alteraciones neuropsicológicas y renales. “Si se deja que el problema avance cada vez más, puede llegar a causar la muerte”.