Antropóloga desmiente mitos de la tecnología

No es la soledad lo que más nos angustia, es la invisibilidad, sobre todo para con aquellos que nos son cercanos. Rosalía Winocur encuentra en este rasgo la eficacia del teléfono celular, instrumento que ya usa la mitad de la población mundial, a diferencia del internet, tecnología a la que sólo tiene acceso el 18% de los habitantes del planeta.

Winocur, doctora en ciencias antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana, ofreció una conferencia magistral “Apropiación de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana. Mitos y realidades”, como parte del programa de la Muestra Iberoamericana de Televisón y Video Educativo Científico y Cultural 2007, que se lleva a cabo en el Centro Nacional de las Artes.

Ante un auditorio compuesto básicamente por estudiantes, la antropóloga desarrolló cinco de los siete puntos que tenía planeados para su ponencia, cada uno de los cuales abordaba un “supuesto”, un aspecto asumido como obvio por las políticas públicas en materia de nuevas tecnologías, pero que en el fondo no era del todo cierto.

La autora de “Participación civil y política en el Distrito Federal” cuestionó varios mitos, por ejemplo el de que los jóvenes son el sector más vinculado con las nuevas tecnologías. Puso el ejemplo de España, en donde la población de la tercera edad ha encontrado en internet un vínculo de sociabilización.

En México —donde 20% de la población tiene acceso a internet y 60% a la telefonía celular— destacó la existencia de pueblos que crean sitios web para que los habitantes puedan estar en contacto con los inmigrantes de Estados Unidos. A través de estos sitios, manejados por adolescentes, los inmigrantes pueden buscar novia en su poblado, votar por la chica más bella del lugar o bien enviar cartas que son inmediatamente impresas y leídas a sus destinatarios por jóvenes del lugar.

La especialista puso en duda el mito de que quien no está conectado a la red no sabe nada de la misma. Señaló que a partir de investigaciones en pueblos del estado de México ha llegado a comprobar que los sectores marginados ven en la computadora una vía para materializar las aspiraciones de progreso de sus hijos, una herramienta para mejorar su desempeño académico.

Resaltó que “los sectores populares están cambiando sus prioridades de consumo. La estrategia del ahorro o del pago en abonos ya no sólo se aplica al televisor, sino cada vez más a la computadora”.

Agregó que el advenimiento de la computadora al círculo familiar ha producido un cambio en las relaciones de poder, ya que ahora es común que el hijo enseñe a los padres a usar las nuevas tecnologías.

Con la risa cómplice de varios jóvenes como fondo, la doctora señaló que el adolescente hace un uso extensivo e intensivo de la red, sin embargo cuando entra a la universidad comienza a delimitar sus nexos. Del chat pasa al mensajero instantáneo y la lista de contactos se reduce.

No obstante, los contactos obtenidos en el mensajero, o a través de estrategias como MySpace e incluso SecondLife deben tener una correspondencia off line, en la realidad.

“La mayor parte de lo que aprendemos en la red lo capitalizamos fuera de la red, ahí se encuentra su espacio de legitimación. El vínculo afectivo creado en lo virtual, en un momento necesita desarrollarse cara a cara”.

Concluyó que la función que se ha afianzado con más fuerza en la red es la comunicación, por encima de la búsqueda de información.