AP
WASHINGTON, EU.- El jefe de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, aplazó ayer una votación programada en principio para el próximo martes en torno a un proyecto de reforma inmigratoria para dar más tiempo a conversaciones en busca de un consenso.
La medida aplazó por al menos un día lo que se perfilaba como un duro enfrentamiento entre demócratas y republicanos luego de semanas de negociaciones entre la Casa Blanca y legisladores de ambos partidos.
Todavía no hay un acuerdo a la vista y Reid se propone forzar la semana que viene un debate sobre una iniciativa aprobada el año pasado por el Senado, con amplio apoyo demócrata y la Oposición de la mayoría de los republicanos. Algunos senadores republicanos han dicho que bloquearán esa iniciativa y que sólo considerarán una solución negociada por ambos partidos.
“Algunos senadores creen que puede haber novedades importantes” en los contactos a mantenerse durante el fin de semana, declaró Reid. Agregó que aplazaba “con renuencia” la votación hasta el miércoles.
El senador republicano Mitch McConnell dijo que la postergación dará “mayores posibilidades de lograr el acuerdo bipartidario que creíamos haber alcanzado hace una semana”.
Se está buscando un acuerdo que garantice la seguridad en la frontera con México y establezca un sofisticado sistema de alta tecnología para identificar a trabajadores extranjeros. También contempla la posible legalización de la situación de millones de extranjeros indocumentados, en procesos que podrían demorarse hasta 13 años.
Muchos legisladores de ambos partidos tienen dudas acerca del acuerdo, que también limitaría las posibilidades de los inmigrantes de traer a sus familias. Los demócratas piensan que esas restricciones podrían ser inaceptables para los sectores liberales del partido, mientras que muchos republicanos temen que, por el contrario, sus alas más conservadoras consideren el arreglo demasiado permisivo.
El presidente Bush piensa hablar de la necesidad de una reforma migratoria en su discurso.
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