Resulta difícil entender cuál es la lógica del Gobierno del Estado de Coahuila en la aplicación de los recursos en materia de educación, cuando se sabe que un municipio que cuenta apenas con 50 mil estudiantes recibe más apoyo que uno que posee casi el quíntuplo de alumnos.
Más complicado aún es creer en el discurso del gobernador Humberto Moreira, que presume ser equitativo en la distribución de los dineros públicos, cuando se conoce que la capital del estado recibe más del doble de recursos para aulas que una ciudad con prácticamente la misma población estudiantil.
De tal forma que, según las cifras oficiales del Segundo Informe de Gobierno, Piedras Negras, con 187 mil 772 alumnos menos que Torreón, tuvo en el último año 1 millón 700 mil pesos más para infraestructura que esta última ciudad. Y Saltillo, con una matrícula de 251 mil 690 estudiantes, recibió 94 millones de pesos, o sea, 49.5 millones más que Torreón, en donde se invirtieron apenas 44 millones 500 mil pesos, pese a contar con una población escolar de 238 mil 229 estudiantes.
Esta desproporción en la aplicación del dinero destinado a infraestructura para los planteles educativos despierta suspicacias y pone en entredicho el compromiso de la Administración moreirista con la educación en todo el estado.
Pero también resulta difícil entender la lógica del Ayuntamiento de Torreón en el asunto de los apoyos a las escuelas del municipio -las cuales, muchas de ellas, sobre todo las de nueva creación y las ubicadas en colonias marginadas y ejidos, presentan numerosas carencias-, cuando hace varios días el alcalde José Ángel Pérez decidió invertir 600 mil pesos en una obra de techumbre a la Escuela Secundaria Técnica No. 47, ubicada en el ejido Corona de Matamoros, Coahuila.
Además de ser cuestionable en sí misma esta acción de la Presidencia de Torreón, por el hecho de que aún hay mucho qué hacer en este municipio, le ocasionó un problema gratuito al alcalde, ya que su homólogo de Matamoros, Raúl Onofre, amenaza con interponer una controversia constitucional por “violación de autonomía” porque, dice, no le pidieron permiso.
No cabe duda que ambos gobiernos, Municipal y Estatal, deben repensar sus estrategias de fortalecimiento de la educación en Torreón y en Coahuila.