MARACAIBO, VENEZUELA.- Los estrategas dan los toques finales, los jugadores aceitan las piernas en las últimas prácticas y algunos hasta se encomiendan a las fuerzas divinas.
A dos días de la inauguración de la Copa América, el aroma a futbol impregna el ambiente en Venezuela, donde históricamente el beisbol manda como deporte rey.
Casi todas las selecciones llegaron al país, y ayer sólo faltaban por arribar Colombia, Ecuador, México y Estados Unidos.
Las dos últimas son las invitadas de lujo de la Concacaf, donde Estados Unidos se impuso ante México en la final de la Copa Oro en Chicago.
El Gobierno también redobló las medidas de seguridad rumbo al torneo, y prohibió a partir del lunes la venta de bebidas alcohólicas en los nueve estadios que servirán como sedes y sus alrededores. Además, es notable la presencia militar en las calles, especialmente en las canchas de práctica y hoteles de los equipos, y personal del comité organizador termina la preparación de algunas instalaciones.
En un cambio de última hora, los organizadores anunciaron que Caracas ya no albergará una de las semifinales el diez de julio, y el partido se realizará en Maracaibo.
"Ya hicimos pruebas en los estadios en caso de atentados con bombas, francotiradores, entre otros", afirmó el ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Pedro Carreño.
Por el momento, los equipos y sus técnicos están más preocupados por mantener a sus jugadores sanos en la recta final hacia la inauguración del martes, cuando Uruguay y Perú ponen en marcha el torneo en Mérida, seguidos por el duelo entre Venezuela y Bolivia, ambos por el Grupo A.
Se espera la presencia del presidente venezolano Hugo Chávez y su contraparte boliviano Evo Morales en el encuentro de sus selecciones en la ciudad andina de San Cristóbal.
Argentina, que sale a escena el jueves frente a Estados Unidos, recibió la buena noticia de que su capitán y baluarte en la defensa Roberto Ayala está recuperado totalmente de un golpe en la pierna izquierda que sufrió en un entrenamiento del sábado. La otra lesión que aqueja al plantel es el zaguero Hugo Ibarra, quien llegó dolido a Venezuela luego de disputar la final de la Copa Libertadores con Boca Juniors.
La albiceleste es una de las selecciones más solicitada por los aficionados venezolanos, e incluso algunos se allegaron hasta el hotel de la concentración para ver a sus ídolos y solicitar autógrafos y fotografías.
"Me gusta la selección argentina porque la vi en el mundial de Alemania. Ahora no me voy de acá hasta que aparezca (Lionel) Messi", dijo José Andrés Parra, un niño de ocho años que llegó hasta el vestíbulo del hotel Maruma ataviado con el uniforme completo de la selección acompañado por su padre Andrés Parra.
"Quiero preguntarle a Messi cómo hay que hacer para jugar como él", agregó ante la mirada resignada de su padre, anticipando una larga espera.
En Puerto La Cruz la selección brasileña realizó otra sesión ligera de práctica, y nuevamente Robinho y Vagner Love asomaron con los titulares en el ataque.
La canarinha no presenta preocupaciones mayores de lesiones aparte de una lesión muscular del defensa Naldo y del cansancio que sufren algunos jugadores como Robinho, que acaba de terminar hace una semana la temporada española al coronarse campeón con el Real Madrid.
Brasil comenzará la defensa del título que ganó hace tres años en Perú el miércoles contra México, en uno de los duelos por el Grupo B. El otro será Ecuador ante Chile.
Los brasileños llegaron sin sus principales estrellas, como Ronaldinho y Kaká, pero eso no preocupa mucho al técnico Dunga que resalta el deseo de sobresalir de sus convocados.
"Esta motivación va a marcar la diferencia", indicó el timonel.
Sin embargo, la falta de astros sí parece haber desanimado en parte a los seguidores de la verdeamarela, que al menos hasta el domingo no se habían dejado ver en masa al ritmo de la samba, como ocurre en todos los torneos internacionales donde juegan los pentacampeones mundiales.
Las prácticas de los brasileños en un campo aledaño al Estadio Olímpico José Antonio Anzoátegui se realizan a puertas cerradas, aunque el sábado un grupo logró acceder a las instalaciones y recibió autógrafos de los jugadores.
Roberto Rodríguez, un taxista de 42 años que lucía la camiseta vinotinto de su país, dijo que "estamos viviendo una gran fiesta. Lástima que no podemos estar muy cerca de los jugadores.
"Esto se va a calentar poco a poco. Seguro todos van a querer ver jugar a Robinho en los partidos aquí", comentó.
Y por si la ventaja de jugar como local fuera poco, Venezuela buscó ayer ayuda divina al acudir de sorpresa a una misa en la iglesia de Nuestra Señora de Coromoto, donde fueron recibidos con vítores por los feligreses.
"Ustedes representan al país, están llamados por Dios a unirnos a llevar con orgullo los colores de nuestra bandera. Ustedes tienen la vocación de unir a Venezuela. Estaremos orando por ustedes", dijo el padre Gabriel Omaña.
POCO AMBIENTE EN LAS CALLES
En Caracas, capital de un país beisbolero y donde desde hace semanas se realizan protestas por la cancelación del canal RCTV, lo menos que se respira es un ambiente festivo por la Copa América 2007 de futbol. A diferencia de pasadas ediciones del torneo futbolístico de selecciones nacionales más antiguo del mundo (93 años), donde semanas antes del inicio el tema domina las conversaciones y en las calles se llenan de motivos alusivos, en Caracas domina el tema político.
En sus calles y avenidas hay pocos anuncios espectaculares o vallas que se refieran a la Copa América, prevista del 26 de junio al 15 de julio, y sólo algunos vehículos portan afiches en sus parabrisas posteriores, y banderas de los países participantes. Tampoco se han organizado caravanas de vehículos, ni los integrantes de colonias de residentes extranjeros como de Argentina, Chile, Ecuador, o Colombia, que son las más numerosas, salen con camisetas con los colores de su país, y números y apellidos de las estrellas en sus espaldas.
Algunas personas achacan el poco entusiasmo a los problemas políticos del país, que principalmente se reflejan en Caracas, y otros a cuestiones puramente deportivas. "Quién va a pensar en copas de futbol y celebraciones cuando el Gobierno anuncia que prohibirá que periodistas, estudiantes y grupos de oposición marchen por Caracas el miércoles 27 (Día del Periodista) para exigir al Gobierno respeto a la libre expresión", dijo Manuel Urdaneta. El ingeniero, de 57 años de edad, destacó que el Gobierno afirma que la FIFA lo prohíbe, y entonces también salir a festejar puede ser tomado como pretexto para que la policía "nos reprima".
